*Otro principio del sueño lúcido consiste en cambiar el contenido del sueño. ¿Cómo lo has aplicado en el curso de tu existencia diurna?
Ya te he contado cómo me gustaba cambiar de escenario en sueños, pasar de África a Estados Unidos, por ejemplo, transformar el entorno... También aprendí que en mi vida diaria no tenía por qué dejarme atrapar en un marco. La realidad cotidiana no es rígida, o no lo es más que en nuestra mente, en el concepto que tenemos de ella. Si nos sentimos atados, cansados de movernos siempre dentro del mismo entorno, ¡tenemos la facultad de cambiar! ¿Quién dice que es imposible? El sueño lúcido me enseñó a moverme por el interior de una realidad dúctil en la que siempre puede producirse cualquier mutación, cualquier transformación. Ello no depende sino de mi intención: en el sueño lúcido, el solo deseo de encontrarme en África, entre las manadas de elefantes, era suficiente para transportarme hasta allí; en este otro modo de sueño que es la “realidad”, también es mi cerebro, la forma en que yo me represento el mundo, lo que determina lo real. La “realidad” no existe por sí misma; instante a instante, yo creo mi realidad, risueña o funesta, monótona o apasionante.
*Un ejemplo...
El otro día, al entrar en mi casa, observaste que lo había cambiado todo. Estaba cansado de la vieja decoración. Compré muebles y dejé en la calle todo lo que tenía y que ya no quería ver más. Aquella evacuación se convirtió en una especie de fiesta, la gente empezó a llevárselo todo... Días después, unos vecinos me gritaron: “¡Ah, ya lo conocemos!” “Vaya -respondí-, ¿y cómo me conocen? ¿Por mis historietas, por mis películas?” “¡Por sus desperdicios! Recuperamos cosas increíbles de enfrente de su casa”. Es decir; no sólo cambié mi decoración sino que, en cierta medida, transformé el ambiente del barrio.
*De acuerdo, Alejandro, pero siempre es más fácil cambiar de muebles, si dispones de dinero, que trasladarse al África junto a los elefantes...
No; el principio fundamental es el mismo, ello tiene lugar dentro de la mente, en nuestra concepción de la realidad. La realidad puede percibirse como una pesadilla, y bien sabe Dios que, en el orden de las fatalidades, cualquier cosa puede ocurrir. Pero es dentro de esa misma realidad que uno puede agudizar su lucidez y realizar actos que transforman el campo negativo en contexto positivo.
Sí, pero tienes que atraer la vida! Tu vida corresponde a la idea que te haces de ella… Mira, por ejemplo, yo nunca he sido millonario, ni siquiera muy rico, pero siempre he aplicado a mi vida diurna el principio del sueño lúcido: ¿por qué no transportarme a otro sitio? De modo que, cuando he experimentado una verdadera necesidad, he atraído las circunstancias favorables para que mi necesidad se realizara. Hace pocos días sentía el deseo de hacer una pequeña escapada. Me habían invitado a un festival de cine de Chicago y allá me fui, en secreto, tres días. Salí el viernes y regresé el domingo... Nadie se enteró, ¡ja ja ja!
Recuerdo que un día un amigo multimillonario me preguntó: “¿Qué haces este fin de semana?” “Nada”, contesté. “¿Quieres ir a Acapulco?” Y ¡ya está!, su reactor privado nos llevó a Acapulco, a pasar el fin de semana.
*Oyéndote parece muy sencillo, pero no todo el mundo tiene amigos multimillonarios...
Ya veo que quieres tirarme de la lengua, pero sabes tan bien como yo, por tu propia experiencia, que cada cual crea su realidad... Yo tenía verdaderamente la necesidad de irme a pasar el fin de semana al otro lado del mundo, estaba íntimamente convencido de la plasticidad de la vida y ésta me envió a un multimillonario con avión privado, y eso es todo. Lo que a ti más te gustaba de la vida era conocer a sabios y escucharrock'n roll. Deseabas vivamente conciliar estos dos aspectos de tu existencia, aparentemente dispares. Y bueno, como no tenías una idea rígida de la realidad, favoreciste las circunstancias más propicias y, finalmente, las encontraste en Arizona, siguiendo a un verdadero sabio que, no satisfecho con haber fundado unashram, además, dirige un grupo derock'n rolí. El probable que no haya otra persona en el planeta que combine estas dos actividades. Hasta entonces, ese hombre era muy poco conocido en los Estados Unidos y desconocido por completo en Europa, pero, a pesar de ello, la magia de la vida te lo envió. También, de adolescente, ibas a ver todas mis películas y coleccionabas los artículos que hablaban de mí; y ahora ya ves, somos amigos y lo pasamos muy bien haciendo libros juntos. Con inocencia y determinación, puedes promover circunstancias estadísticamente poco probables...
*De acuerdo...
Mira, te contaré otra historia: en 1957, antes de teorizar sobre todas estas cosas, le pregunté a mi mujer:
-¿Adónde te gustaría ir de vacaciones?
-Me gustaría mucho ir a Grecia -respondió.
-Muy bien -le dije-. ¡Iremos a Grecia!
-Pero, ¿cómo? No tenemos ni un centavo...
-¡Iremos a Grecia!
En aquel momento, llamaron a la puerta de la buhardilla donde vivíamos. Era un amigo que integraba un grupo de música sudamericana muy conocido en aquel entonces, “Los guaranís de Francisco Marín”, que me dijo:
-Dentro de tres días, nos vamos de gira a Grecia, con un espectáculo folklórico, y uno de nuestros bailarines se ha enfermado. ¿Quieres sustituirlo?
-Pero no conozco los bailes...
-No importa, mi mujer te los enseñará.
Aprendí inmediatamente dos bailes, Bailecito y Carnavalito, y nos fuimos a Grecia.
Después de vivir aquello, ¿cómo no considerar la realidad un sueño que vamos creando sobre la marcha?
*Estoy de acuerdo por lo que respecta al principio; pero me parece que tus anécdotas y tu planteamiento pueden prestarse a confusión. Después de todo, el mundo está lleno de personas que no piden sino realizar sus sueños sin esforzarse demasiado... La experiencia enseña que no basta con desear; hay que merecer...
Lo que acabas de decir me parece muy importante. Pero las cosas que explico me han sucedido, y puedo afirmar que mi vida está en consonancia con mis sueños más fantásticos. Creo verdaderamente en la magia de la vida. Ahora, para que esta magia sea efectiva, cada cual debe cultivar en sí mismo cierta cantidad de virtudes que pueden parecer contradictorias en principio: inocencia, autodominio, fe, valentía… Poner en movimiento esta magia exige mucha audacia, también pureza y un profundo trabajo sobre uno mismo. Tengo que insistir en que yo he consagrado mi existencia a perfeccionarme, a conocerme, a hacerme accesible interiormente. Es imprescindible no dejar en ningún momento la disciplina sin la cual este enfoque de la realidad no sería más que una ilusión. ¡La vida no está ahí para satisfacer los deseos del primer perezoso que se presente! La vida no te corresponde sino en la medida en que te entregas a ella y te esfuerzas en superar tu egocentrismo.
Que buen artículo.
ResponderEliminarY yo que soy siempre el penúltimo perezoso en la fila...
Excelente
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