Sonido Fulgor

sábado, 29 de diciembre de 2007

De Ejo Takata


El que tenga sólo brazos

ayudará con sus brazos

y el que tenga sólo piernas

ayudará con sus piernas

a esta magna obra espiritual

donde muchos seres

perderán su cabellera.

Una frase


I could not love except where Death

Was mingling his with Beauty's breath...


Edgar Allan Poe

Una frase






























Nadie puede hacer pipí por ti.
Gurdjieff

Lección de Jodorowsky


-Maestro, ¿en qué consiste ser uno con la vía?

-Es no ser uno.

-¿Cómo es no ser uno?

-Debes ser capaz de comprenderlo con lo que te he dicho.


-Maestro, ¿qué es ser uno?

-¡Detén tu intelecto!

-Maestro, ¿qué es detener el intelecto?

-¡Detenlo!

Una frase

La sabiduría y la locura son vecinas cercanas. No hay más que una media vuelta de la una a la otra.

Charron

Tres videos musicales


G. Bachelard: "para ciertas almas, ebrias de existir onírico, los días están hechos para explicar las noches"




(fragmentos de El Aire y los sueños)




El soñador va a la deriva.




Imaginar es ausentarse, es lanzarse hacia una vida nueva.




Un ser privado de la función de lo irreal es un ser tan neurótico como el hombre privado de la función de lo real.




...el mundo imaginado está justamente colocado antes que el mundo representado, el universo justamente situado antes que el objeto. El conocimiento poético del mundo precede, como es justo, al conocimiento razonable de los objetos. El mundo es bello antes de ser verdadero. El mundo es admirado antes de ser comprobado. Toda primitividad es onirismo puro.




Como con todos los seres hay que amar las flores antes de nombrarlas.




Mientras se juzga el sueño por lo exterior, sólo se le reconoce una absurdidad descosida, fácil de imitar en obras que son únicamente parodias de la vida onírica. Se explica entonces el sueño por la pesadilla, sin ver que la pesadilla es la enfermedad del sueño, la ruptura y la desorganización de las fuerzas oníricas, la mezcla informe de las materias oníricas elementales. Pero el sueño, el ensueño dan, al contrario, a nuestro ser, una bienaventurada unidad.




La poesía no es una tradición, es un sueño primitivo, es el despertar de las imágenes primeras.




La imagen cura a la imagen, la ensoñación cura el recuerdo.




Todo parecía ascender, ascender aún, ascender siempre, en el arrebato de ese canto.




La poesía pura no puede aceptar tareas descriptivas, tareas asignadas en el espacio poblado de objetos bellos. Sus objetos puros deben trascender las leyes de la representación. Un objeto poético puro deberá, por tanto, absorber a la vez todo el sujeto y todo el objeto.




Las imágenes poéticas son operaciones del espíritu humano en la medida en que nos aligeran, o nos levantanas o nos elevan. No tienen sino un eje de referencia: el eje vertical. Son esencialmente aéreas. Si una sola imagen del poema deja de cumplir esta función de aligeramiento, el poema se aplasta, el hombre vuelve a su esclavitud, la cadena le hiere.




Para ciertas almas que tienen una vida nocturna poderosa, amar es volar.




En el sueño no se vuela para ir al cielo; se sube al cielo porque se vuela.




El que no asciende, cae. El hombre, como hombre, no puede vivir horizontalmente.




Porque el poeta nos descubre un matiz fugaz, aprendemos a imaginar todo matiz como un cambio. Sólo la imaginación puede ver los matices; los capta al paso de un color a otro. ¡Acontece que en este mundo viejo había flores que no supimos ver! Las vimos mal, porque no las vimos cambiar de matices. Flroecer es desplazar matices, es siempre un movimiento matizado.




Un hermoso poema es un opio o un alcohol. Es un alimento nervino.




El cielo ganado (G. Cristián Taboada)







El día del Juicio Final, Dios juzga a todos y a cada uno de los hombres.



Cuando llama a Manuel Cruz, le dice:



- Hombre de poca fe. No creíste en mí. Por eso no entrarás en el Paraíso.



- Oh Señor -contesta Cruz-, es verdad que mi fe no ha sido mucha. Nunca he creído en Vos, pero siempre te he imaginado.



Tras escucharlo, Dios responde:



- Bien, hijo mío, entrarás en el cielo; mas no tendrás nunca la certeza de hallarte en él.

La sentencia (Wu Ch'eng-en)








Aquella noche, en la hora de la rata, el emperador soñó que había salido de su palacio y que en la oscuridad caminaba por el jardín, bajo los árboles en flor. Algo se arrodilló a sus pies y le pidió amparo. El emperador accedió; el suplicante dijo que era un dragón y que los astros le habían revelado que al día siguiente, antes de la caída de la noche, Wei Cheng, ministro del emperador, le cortaría la cabeza. En el sueño, el emperador juró protegerlo.


Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó buscar y lo tuvo atareado el día entero para que no matara al dragón y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez. La partida era larga, el ministro estaba cansado y se quedó dormido.


Un estruendo conmovió la tierra. Poco después irrumpieron dos capitanes, que traían una inmensa cabeza de dragón empapada de sangre. La arrojaron a los pies del emperador y gritaron:


- Cayó del cielo.


Wei Cheng, que había despertado, la miró con perplejidad y observó:


- Qué raro, yo soñé que mataba a un dragón así.




Wu Ch'eng-en (1505-1580)

El sueño de Chuang Tzu




Chuang Tzu soñó que era una mariposa y no sabía al despertar si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre.




Herbert Allen Giles, Chuang Tzu (1889)

Capítulo 148 de Rayuela


De la etimología que da Gabio Basso a la palabra persona.

Sabia e ingeniosa explicación, a fe mía, la de Gabio Basso, en su tratado Del origen de los vocablos, de la palabra persona, máscara. Cree que este vocablo toma origen del verbo personare, retener. He aquí cómo explica su opinión: "No teniendo la máscara que cubre por completo el rostro más que una abertura en el sitio de la boca, la voz, en vez de derramarse en todas direcciones, se estrecha para escapar por una sola salida, y adquiere por ello sonido más penetrante y fuerte. Así, pues, porque la máscara hace la voz humana más sonoro y vibrante, se le ha dado el nombre de persona, y por consecuencia de la forma de esta palabra, es larga la letra o en ella". Aulio Gelio, Noches áticas.

Spencer Tunick





















Décimas de nuestro amor (X. Villaurrutia)








I


A mí mismo me prohibo


revelar nuestro secreto,


decir tu nombre completo


o escribirlo cuando escribo.


Prisionero de ti, vivo


buscándote en la sombría


caverna de mi agonía.


Y cuando a solas te invoco,


en la oscura piedra toco


tu impasible compañía.




II


Si nuestro amor está hecho


de silencios prolongados


que nuestros labios cerrados


maduran dentro del pecho;


y si el corazón deshecho


sangra como la granada


en su sombra congelada,


¿por qué, dolorosa y mustia,


no rompemos esta angustia


para salir de la nada?



III


Por el temor de quererme


tanto como yo te quiero,


has preferido, primero,


para salvarte, perderme.


Pero está mudo e inerme


tu corazón, de tal suerte


que si no me dejas verte


es por no ver en la mía


la imagen de tu agonía:


porque mi muerte es tu muerte.



IV


Te alejas de mí pensando


que me hiere tu presencia,


y no sabes que tu ausencia


es más dolorosa cuando


la soledad se va ahondando,


y en el silencio sombrío,


sin quererlo, a pesar mío,


oigo tu voz en el eco


y hallo tu forma en el hueco


que has dejado en el vacío.



V


¿Por qué dejas entrever


una remota esperanza,


si el deseo no te alcanza,


si nada volverá a ser?


Y si no habrá amanecer


en mi noche interminable


¿de qué sirve que yo hable


en el desierto, y que pida


para reanimar mi vida,


remedio a lo irremediable?



VI


Esta incertidumbre oscura


que sube en mi cuerpo y que


deja en mi boca no sé


qué desolada amargura;


este sabor que perdura


y, como el recuerdo, insiste,


y, como tu olor, persiste


con su penetrante esencia,


es la sola y cruel presencia


tuya, desde que partiste.




VII


Apenas has vuelto, y ya


en todo mi ser avanza,


verde y turbia, la esperanza


para decirme: "¡Aquí está!"


Pero su voz se oirá


rodar sin eco en la oscura


soledad de mi clausura


y yo seguiré pensando


que no hay esperanza cuando


la esperanza es la tortura.



VIII


Ayer te soñé. Temblando


los dos en el goce impuro


y estéril de un sueño oscuro.


Y sobre tu cuerpo blando


mis labios iban dejando


huellas, señales, heridas...


Y tus palabras transidas


y las mías delirantes


de aquellos breves instantes


prolongaban nuestras vidas.



IX


Si nada espero, pues nada


tembló en ti cuando me viste


y ante mis ojos pusiste


la verdad más desolada;


si no brilló en tu mirada


un destello de emoción,


la sola oscura razón,


la fuerza que a ti me lanza,


perdida toda esperanza,


es...¡la desesperación!



X


Mi amor por ti ¡no murió!


Sigue viviendo en la fría,


ignorada galería


que en mi corazón cavó.


Por ella desciendo y no


encontraré la salida,


pues será toda mi vida


esta angustia de buscarte


a ciegas, con la escondida


certidumbre de no hallarte.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Elementos (J. Gorostiza)



Tus ojos eran mi aire

y el aire para sí

jugaba a ser redondo, rodando.

Tus ojos eran mi aire y mi fuego,

y los dos entre sí

jugaban uno a mantener al otro, consumiéndose.

Tus ojos eran mi aire y mi fuego,

pero también mi agua,

y los tres entre sí

jugaban uno a consumir el otro, manteniéndose.

Porque tus ojos eran

mi agua

mi fuego

y mi aire,

tengo transida de rumor el alma

como el árbol de pino la madera,

y tengo más: las raíces

anudadas a ti,

porque tus ojos eran

mi aire

mi fuego

y mi agua,

pero también

mi tierra.

El hombre imaginario (Nicanor Parra)


El hombre imaginario


vive en una mansión imaginaria


rodeada de árboles imaginarios


a la orilla de un río imaginario


De los muros que son imaginarios


penden antiguos cuadros imaginarios


irreparables grietas imaginarias


que representan hechos imaginarios


ocurridos en mundos imaginarios


en lugares y tiempos imaginarios.


Todas las tardes imaginarias


sube las escaleras imaginarias


y se asoma al balcón imaginario


a mirar el paisaje imaginario


que consiste en un valle imaginario


circundado de cerros imaginarios


Sombras imaginarias


vienen por el camino imaginario


entonando canciones imaginarias


a la muerte del sol imaginario.


Y en las noches de luna imaginaria


sueña con la mujer imaginaria


que le brindó su amor imaginario


vuelve a sentir ese mismo dolor


ese mismo placer imaginario


y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario.

De Hölderline







Pero ¡amigo!, venimos demasiado tarde.



En verdad viven los dioses, arriba en otro mundo.



Trabajan eternamente y parecen preocuparse poco de si vivimos:



tanto se cuidan los celestes de no herirnos.



Nunca pudiera contenerles una débil vasija;



sólo a veces soporta el hombre la plenitud divina.



La vida es un sueño de ellos.



Pero el error nos ayuda como un adormecimiento;



nos hacen fuertes la necesidad y la noche.



Hasta que los héroes crecidos en cuna de bronce



vengan, como en otro tiempo sus corazones se



parecieron en fuerza a los celestes.



Ellos viven entre truenos.



Me parece que a veces es mejor dormir que estar



sin compañero.



Al esperar así, ignoro qué decir o qué hacer.



Y ¿para qué poetas en tiempos aciagos?



Pero son, dices tú, como los sacerdotes sagrados del Dios del vino,



que erraban de tierra en tierra, en la noche sagrada.

A child asleep in its own life (Wallace Stevens)


Among the old men that you know,

there is one, unnamed, that broods

on all the rest, in heavy thought.


They are nothing, except in the universe

of that single mind. He regards them

outwardly and knows them inwardly,


They sole emperor of what they are,

distante, yet close enough to wake

the chords above your bed to-night.

Neptuno


Una frase



natura daemonia est, non divina


(la naturaleza es demoníaca, no divina)


Aristóteles




René Portocarrero




p.d. Un poeta nada más, un poeta: un hombre solo, nada más un hombre que en los labios del aire pone el vuelo del amor explosivo de un poema. (Elías Nandino)


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