Sonido Fulgor

martes, 25 de agosto de 2009

viernes, 21 de agosto de 2009

Algas así


Y las lágrimas de los antiguos
serían borradas por nuestros lamentos
y nuestras lágrimas irían a ser borradas
por el llanto de los próximos,
pero un loco cuervo que habita
un corazón olvidado
huidizo
entre montañas,
ha nacido de entre la miel
de los cerebrales ríos
del violeta 
para levantarnos,
poner un pie aquí,
un deleite eterno y fiero 
cerca de ti. 

jueves, 20 de agosto de 2009

Como cuando el alma recuerda

El tiempo sigue su marcha
y todos con él a tientas,
en bicicletas sobre lodo. 
O es el corazón de la caricia de la pincelada
del barniz de las estrellas
o es la magia del encanto,
pero pido, por favor, que se
deje extender
la bandera fosforescente 
e inmaterial sobre nosotros
a que nos haga recordar,
verdaderamente recordar,
como cuando el alma recuerda. 

No busques más allá de lo que eres
y encontrarás. 

domingo, 16 de agosto de 2009

Mueble (Manuel del Cabral)


Por escupir secretos en tu vientre,
por el notario
que juntó nuestros besos con un lápiz,
por los paisajes que quedaron presos
en nuestra almohada a trinos desplumados,
por la pantera aún que hay en un dedo,
por tu lengua
que de pronto desprecia superficies,
por las vueltas al mundo sin orillas
en tu ola con náufragos: tu vientre;
y por el lujo que se dan tus senos
de que los limpie un perro que te lame,
un ángel que te ladra si te vistes,
cuatro patas que piensan cuando celan;
todo esto me cuenta solamente tu cuerpo,
un volumen insólito de sueldos regateados,
un ponerme por dentro detectives,
cuidarme en las esquinas de tu origen,
remendar mi heroísmo de fonógrafo antiguo,
todo el año lavando mis bolsillos ingenuos,
atrasando el reloj de mi sonrisa,
haciendo blando el día cuando llega visita,
poniéndole gramática a tus ruidos,
poniendo en orden
el manicomio cuerdo de tu sexo;
déjame ahora
que le junte mis dudas a la escoba,
quiero quedarme limpio como un plato de pobre;
tú,
que llenaste mi sangre de caballos,
tú,
que si te miro me relincha el ojo,
dobla tu instinto como en una esquina
y hablemos allí solos,
sin el uso,
sin el ruido,
del alquilado mueble de tu cuerpo.

Alguna vez (etm)


El frío, el frío no es decir cualquier cosa.
Y el ruido, tampoco es *improvisar* recuerdos. 
Escapismo salvaje. Salvaje escapismo. 
Un comentario, una luna vez que se oscurece. 
Te late el corazón como un suave golpeteo
de animales grandes. Un gesto más y nos vamos.
A veces te aparece
un rencor, y a veces la muerte.
Adolfo Sánchez Ballesta a veces
cree que tiene espinas en el hombro
derecho. Entonces se las toca con
la mano izquierda. 
¿Hasta dónde llegan las mareas?
La memoria sería un alicante.
Otro exceso,
ya no sé si de la música
o de mí, que soy el cansancio
de las piedras por nunca sofocarme,
que soy la embriaguez,
el misterio de capuchas brillantes. 

sábado, 15 de agosto de 2009

En el fondo (TSA)


Nació el aire
y deje de respirar ..

Oda Triunfal (Álvaro de Campos, seudónimo de Fernando Pessoa)

A la dolorosa luz de las grandes lámparas eléctricas de la fábrica
tengo fiebre y escribo.
Escribo rechinando los dientes, una fiera ante esta belleza,
ante esta belleza totalmente desconocida por los antiguos.

¡Oh ruedas, oh engranajes, r-r-r-r-r-r-r-r eterno!
¡Fuerte espasmo retenido de los maquinismos furiosos!
¡Furiosos fuera y dentro de mí
por todos mis nervios disecados,
por todas las papilas de todo aquello con que siento!
Tengo secos los labios, ¡oh grandes ruidos modernos!
De oíros demasiado cerca,
y me arde la cabeza de querer cantaros con el exceso
de expresión de todas mis sensaciones,
con un exceso contemporáneo de vosotras, ¡oh máquinas!

Febril y mirando los motores como a una Naturaleza tropical
-¡grandes trópicos humanos de hierro y fuego y fuerza!-
canto, y canto al presente, y también al pasado y al futuro,
porque el presente es todo el pasado y todo el futuro
y están Platón y Virgilio dentro de las máquinas y de las luces eléctricas
sólo porque hubo antaño y fueron humanos Virgilio y Platón,
y pedazos de Alejandro Magno tal vez del siglo cincuenta,
átomos que han de tener fiebre en el cerebro del Esquilo del siglo cien,
andan por estas correas de transmisión y por esos émbolos y por estos volantes
rugiendo, rechinando, rumoreando, atronando, ferrando,
haciéndome un exceso de caricias en el cuerpo con una sola caricia en el alma.

¡Ah, poder expresarse todo como un motor se expresa!
¡Ser completo como una máquina!
¡Poder ir por la vida triunfante como un automóvil último modelo!
¡Poder, al menos, penetrarme físicamente de todo esto,
rasgarme todo, abrirme completamente, volverme poroso
a todos los perfumes de aceites y calores y carbones
de esta flora estupenda, negra, artificial e insaciable!

¡Fraternidad con todas las dinámicas!
¡Promiscua furia de ser parte-agente
del rodar férreo y cosmopolita
de los trenes estrenuos*,
de la tarea de transportar cargas de navíos,
del giro lento y lúbrico de los guindastes,
del tumulto disciplinado de las fábricas,
y del casi-silencio susurrante y monótono de las correas de transmisión!

¡Horas europeas, productoras, entablilladas
entre maquinismos y quehaceres útiles!
¡Grandes ciudades paradas en los cafés,
en los cafés -oasis de inutilidades ruidosas-
donde se cristalizan y precipitan
los rumores y los gestos de lo Útil
y las ruedas dentadas y los coginetes de lo Progresivo!
¡Nueva Minerva sin alma de los muelles y estaciones!
¡Nuevos entusiasmos con la estatura del Momento!
¡Quillas de placas de hierro sonriendo arrimadas a las dársenas
o en seco, erguidas, en los planos inclinados de los puertos!
¡Actividad internacional, transatlántica, Canadian-Pacific!
¡Luces y febriles pérdidas de tiempo en los bares, en los hoteles,
en los Longchamps y en los Derbies y en los Ascots,
y Picadillies y Avenues de l'Opera que entran
por dentro de mi alma!

¡Hola, calles, hola, plazas, hola, la foule!
¡Todo lo que pasa, todo lo que se para ente los escaparates!
¡Comerciantes; vagabundos; escrocs exageradamente bien vestidos;
miembros evidentes de clubes aristocráticos;
escuálidas figuras ambiguas; padres de familia vagamente felices
y paternales hasta en la cadena de oro que atraviesa el chaleco
de bolsillo a bolsillo!
¡Todo lo que pasa, todo lo que pasa y nunca pasa!
¡Presencia excesivamente acentuada de las cocottes,
banalidad interesante (¡y quién sabe qué otra cosa por dentro!)
de las burguesitas, madre e hija, por lo general,
que andan por la calle con cualquier motivo;
la gracia femenina y falsa de los pederastas que pasan, lentos;
y toda la gente sencillamente elegante que pasea y se exhibe
y luego resulta que tienen un alma dentro!

(¡Ah, cómo desearía ser el souteneur de todo esto!)
¡La maravillosa belleza de las corrupciones políticas,
deliciosos escándalos financieros y diplomáticos,
agresiones políticas en las calles,
y de vez en cuando el cometa de algún regicidio
que ilumina de Prodigio y Fanfarria los cielos
usuales y lúcidos de la Civilización cotidiana!

¡Noticias desmentidas de los periódicos,
artículos políticos insinceramente sinceros,
noticias passez à-la-caisse, grandes crímenes-
de los que dos columnas pasan a la segunda página!
¡El olor fresco a tinta tipográfica!
¡Los carteles pegados hace poco, mojados!
¡Vients-de-paraître amarillos con una cinta blanca!
¡Cuánto os amo a todos, a todos, a todos,
cuánto os amo de todas las maneras,
con los ojos y con el oído y con el olfato
y con el tacto (¡lo que representaría para mí tocaros!)
y con la inteligencia como una antena a la que hacéis vibrar!
¡Ah, de qué manera todos mis sentidos se encelan por vosotros!

¡Abonos, trilladoras a vapor, progresos de la agricultura!
¡Química agrícola, y el comercio casi una ciencia!
¡Oh muestrarios de los viajantes-de-comercio,
de los viajantes-de-comercio, caballeros-andantes de la Industria,
prolongaciones humanas de las fábricas y de las oficinas tranquilas!

¡Oh telas en los escaparates, oh maniquíes, oh últimos figurines!
¡Oh artículos inútiles que todos quieren comprar!
¡Hola, grandes almacenes con varias secciones!
¡Hola, anuncios luminosos que se ven, parpadean y desaparecen!
¡Hola, todo aquello con lo que hoy se construye, con lo que hoy se es diferente de ayer!
¡Eh, cemento armado, hormigón, técnicas nuevas!
¡Progresos de los armamentos gloriosamente mortíferos!
¡Blindajes, cañones, ametralladoras, submarinos, aeroplanos!

Os amo a todos, a todo, como una fiera.
Os amo carnívoramente,
perversamente y enroscando mi mirada
en vosotras, ¡oh cosas grandes, banales, útiles, inútiles,
oh cosas modernísimas,
oh mis contemporáneas, forma actual y próxima
del sistema inmediato del Universo!
¡Nueva Revelación metálica y dinámica de Dios!
¡Oh fábricas, oh laboratorios, oh music-halls, oh Luna Parks,
oh acorazados, oh puentes, oh muelles flotantes,
en mi mente turbulenta y encandecida
os poseo como a una mujer hermosa,
os poseo totalmente como a una mujer hermosa a la que no se ama,
a la que se encuentra por casualidad y nos parece interesantísima!

¡Eh-ah-ho, fachadas de los grandes almacenes!
¡Eh-ah-ho, ascensores de los grandes edificios!
¡Eh-ah-ho, reorganizaciones ministeriales!
¡Parlamentos, políticas, secretarios de presupuestos,
presupuestos falsificados!
(Un presupuesto es tan natural como un árbol
y un parlamento tan bello como una mariposa.)

¡Hola, interés por todo en la vida,
porque todo es la vida, desde los brillantes en los escaparates
hasta la noche, puente misterioso entre los astros
y el mar antiguo y solemne, bañando las costas
y siendo misericordiosamente el mismo
que era cuando Platón era verdaderamente Platón
en su presencia verdadera y en su carne con el alma adentro,
y hablaba con Aristóteles, que no había de ser su discípulo!

Yo podría morir triturado por un motor
con el sentimiento de deliciosa entrega de una mujer poseída.
¡Arrójenme dentro de los altos hornos!
¡Tírenme debajo de los trenes!
¡Azótenme a bordo de los barcos!
¡Masoquismo a través de los maquinismos!
¡Sadismo de no sé qué moderno y yo y barullo!
¡Aupa, jockey que has ganado el Derby,
morder tu cap de dos colores!

(¡Ser tan alto que no pudiese entrar por ninguna puerta!
¡Ah, mirar es para mí una perversión sexual!)

¡Eh, eh, eh, catedrales!
¡Dejad que me parta la cabeza contra vuestras esquinas,
y que sea levantado de la calle lleno de sangre
sin que nadie sepa quién soy!

¡Oh tranvías, funiculares, metropolitanos,
restregaos conmigo hasta el espasmo!
¡Huy, huy, ay, ay, ay!
¡Soltadme carcajadas en plena cara,
oh automóviles atestados de parranderos y de putas,
oh multitudes cotidianas ni alegres ni tristes de las calles,
río multicolor anónimo donde no puedo bañarme como querría!
¡Ah, qué vidas tan complejas, qué de cosas por todas las casas de todo esto!
¡Ah, saberse la vida de todos, los apuros de dinero,
los disgustos domésticos, los vicios que no se sospechan,
los pensamientos que cada uno tiene a solas en su cuarto
y los gestos que hace cuando nadie lo puede ver!
¡No saber todo esto es ignorarlo todo, oh rabia!,
oh rabia que como una fiebre y un celo y un hambre
me consume el rostro y me agita a veces las manos
en crispaciones absurdas justo en medio de las turbas
en las calles llenas de encontronazos!

¡Ah, y la gente ordinaria y sucia, que parece siempre la misma,
que dice palabrotas como palabras corrientes,
cuyos hijos roban a las puertas de los ultramarinos,
y cuyas hijas a los ocho años -¡y esto me parece hermoso y me gusta!-
masturban a hombres de aspecto decente en el hueco de la escalera!
¡Ah, la gentuza que anda por los andamios y se va a casa
por callejas casi irreales de estrechez y podredumbre!
¡Maravillosa ralea humana que vive como los perros,
que está por debajo de todos los sistemas morales,
para quien no ha sido hecha ninguna religión,
creado ningún arte,
destinada ninguna política!
¡Cuánto os amo a todos, porque sois así,
ni inmorales de tan bajos que sois, ni buenos ni malos,
inalcanzables por todos los progresos,
fauna maravillosa del fondo del mar de la vida!

(En la noria del huerto de mi casa
el burro anda dando vueltas, dando vueltas,
y el misterio del mundo es de este tamaño).
Límpiate el sudor con el brazo, trabajador descontento.
La luz del sol sofoca el silencio de las esferas
y todos hemos de morir,
¡oh pinares sombríos del crepúsculo,
pinares en los que mi infancia era otra cosa
de lo que ahora soy...!

Pero, ¡ah, otra vez la rabia mecánica constante!
Otra vez la obsesión agitada de los autobuses.
Y otra vez la furia de estar yendo al mismo tiempo dentro de todos los trenes
de todas las partes del mundo,
de estar diciendo adiós desde la borda de todos los navíos,
que a estas horas están levando anclas o alejándose de los muelles.
¡Oh hierro, oh acero, oh aluminio, oh chapas de hierro curvado!
¡Oh muelles, oh puertos, oh convoyes, oh guindastes, oh remolcadores!

¡Eh-ah grandes desastres de trenes!
¡Eh-ah hundimientos de galerías de minas!
¡Eh-ah naufragios deliciosos de los grandes trasatlánticos!
¡Eh-ah revoluciones aquí, allá, acullá,
alteraciones de constituciones, guerras, tratados, invasiones,
ruido, injusticias, violencias, y tal vez en breve el fin,
la gran invasión de los bárbaros amarillos por Europa,
y otro Sol en el nuevo Horizonte!

¡Qué importa todo esto, pero qué importa todo esto
al fúlgido y rubro ruido contemporáneo,
al ruido cruel y delicioso de la civilización de hoy!
Todo esto apaga todo, salvo el Momento,
el Momento de tronco desnudo y caliente como un fogonero,
el Momento estridentemente ruidoso y mecánico,
el Momento, dinámico pasaje de todas las bacantes
del hierro y del bronce y de la borrachera de los metales.

¡Ea trenes, ea puentes, ea hoteles a la hora de cenar,
ea aparatos de todas las clases, férreos, brutos, mínimos,
instrumentos de precisión, aparatos de triturar, de cavar,
industrias, brocas, rotativas!
¡Ea! ¡ea! ¡ea!
¡Ea electricidad, nervios enfermos de la Materia!
¡Ea telegrafía sin hilos, simpatía metálica de lo Inconsciente!
¡Ea túneles, ea canales, Panamá, Kiel, Suez!
¡Ea todo el pasado dentro del presente!
¡Ea todo el futuro ya dentro de nosotros! ¡Ea!
¡Ea, ea, ea!
¡Frutos de hierro y útiles del árbol-fábrica cosmopolita!
¡Ea, ea, ea! ¡ea-ho-ho-ho!
No sé que existo para dentro. Giro, doy vueltas, me ingenio.
Me enganchan en todos los trenes.
Me izan en todos los muelles.
Giro dentro de las hélices de todos los barcos.
¡Ea! ¡Hurra! ¡Ea!
¡Ea! ¡Soy el calor mecánico y la electricidad!
¡Ea! ¡Y los rails y las casas de máquinas y Europa!
¡Ea y hurra por mi-todo y en todo, máquinas trabajando, ea!

¡Saltar con todo por encima de todo! ¡Aúpa!

¡Aúpa, aúpa, aúpa, aúpa!
¡Hala! ¡Hola! ¡Ho-o-o-o-o!
¡Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!

¡Ah, no ser yo todo el mundo y todos los sitios!

jueves, 13 de agosto de 2009

Las bases yankis y la soberanía latinoamericana



El concepto de nación surgió de la suma de elementos comunes como la historia, lenguaje, cultura, costumbres, leyes, instituciones y otros factores relacionados con la vida material y espiritual de las comunidades humanas.

Los pueblos de la América, por cuya libertad Bolívar realizó las grandes hazañas que lo convirtieron en El Libertador, fueron llamados por él a crear, como dijo: la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria.

Antonio José de Sucre libró en Ayacucho la última batalla contra el imperio que había convertido gran parte de este continente en propiedad real de la corona de España durante más de 300 años.

Es la misma América que decenas de años más tarde, y cuando ya había sido cercenada en parte por el naciente imperio yanki, Martí llamó Nuestra América.

Hay que recordar una vez más que, antes de caer en combate por la independencia de Cuba, último bastión de la colonia española en América, el 19 de mayo de 1895, horas antes de su muerte, José Martí escribió proféticamente que todo lo que había hecho y haría era para “…impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.

En Estados Unidos, las 13 colonias recién liberadas no tardaron en extenderse desordenadamente hacia el Oeste en busca de tierra y oro, exterminando indígenas hasta que arribaron a las costas del Pacífico, competían los Estados agrícolas esclavistas del Sur con los Estados industriales del Norte que explotaban el trabajo asalariado, tratando de crear otros Estados para defender sus intereses económicos.

En 1848 arrebataron a México más del 50 por ciento de su territorio, en una guerra de conquista contra el país, militarmente débil, que los llevó a ocupar la capital e imponerle humillantes condiciones de paz. En el territorio arrebatado estaban las grandes reservas de petróleo y gas que más tarde suministrarían a Estados Unidos durante más de un siglo y lo siguen en parte suministrando.

El filibustero yanki William Walker, estimulado por el destino manifiesto que proclamó su país, desembarcó en Nicaragua en el año 1855 y se autoproclamó Presidente, hasta que fue expulsado por los nicaragüenses y otros patriotas centroamericanos en 1856.

Nuestro Héroe Nacional vio cómo el destino de los países latinoamericanos era destrozado por el naciente imperio de Estados Unidos.

Después de la muerte en combate de Martí se produjo la intervención militar en Cuba, cuando ya el ejército español estaba derrotado.

La Enmienda Platt, que concedía al poderoso país derecho a intervenir en la Isla, fue impuesta a Cuba.

La ocupación de Puerto Rico, que ha durado ya 111 años y hoy constituye el llamado Estado Libre Asociado, que no es Estado ni es libre, fue otra de las consecuencias de aquella intervención.

Las peores cosas para América Latina estaban por venir, confirmando las geniales premoniciones de Martí. Ya el creciente imperio había decidido que el canal que uniría los dos océanos sería por Panamá y no por Nicaragua. El istmo de Panamá, la Corinto soñada por Bolívar como capital de la más grande República del mundo concebida por él, sería propiedad yanki.

Aun así, hubo peores consecuencias a lo largo del Siglo XX. Con el apoyo de las oligarquías políticas nacionales, los Estados Unidos se adueñaron después de los recursos y de la economía de los países latinoamericanos; las intervenciones se multiplicaron; las fuerzas militares y policiales cayeron bajo su égida. Las empresas transnacionales yankis se apoderaron de las producciones y servicios fundamentales, los bancos, las compañías de seguros, el comercio exterior, los ferrocarriles, barcos, almacenes, los servicios eléctricos, los telefónicos y otros, en mayor o menor grado pasaron a sus manos.

Es cierto que la profundidad de la desigualdad social hizo estallar la Revolución Mexicana en la segunda década del Siglo XX, que se convirtió en fuente de inspiración para otros países. La revolución hizo avanzar a México en muchas áreas. Pero el mismo imperio que ayer devoró gran parte de su territorio, hoy devora importantes recursos naturales que le restan, la fuerza de trabajo barata y hasta lo hace derramar su propia sangre.

El TLCAN es el más brutal acuerdo económico impuesto a un país en desarrollo. En aras de la brevedad, baste señalar que el Gobierno de Estados Unidos acaba de afirmar textualmente: En momentos en que México ha sufrido un doble golpe, no solo por la caída de su economía sino también por los efectos del virus A H1N1, probablemente queremos tener la economía más estabilizada antes de tener una larga discusión sobre nuevas negociaciones comerciales. Por supuesto que no se dice una sola palabra de que, como consecuencia de la guerra desatada por el tráfico de drogas, en la que México emplea 36 mil soldados, casi cuatro mil mexicanos han muerto en el 2009. El fenómeno se repite en mayor o menor grado en el resto de América Latina. La droga no solo engendra problemas graves de salud, engendra la violencia que desgarra a México y a la América Latina como consecuencia del mercado insaciable de Estados Unidos, fuente inagotable de las divisas con que se fomenta la producción de cocaína y heroína, y es el país de donde se abastecen las armas que se emplean en esa feroz y no publicitada guerra.

Los que mueren desde el Río Grande hasta los confines de Suramérica son latinoamericanos. De este modo, la violencia general bate récord de muertes y las víctimas sobrepasan la cifra de 100 mil por año en América Latina, engendradas fundamentalmente por las drogas y la pobreza.

El imperio no libra la lucha contra las drogas dentro de sus fronteras; la libra en los territorios latinoamericanos.

En nuestro país no se cultivan la coca ni la amapola. Luchamos con eficiencia contra los que intentan introducir drogas en nuestro país o utilizar a Cuba como tránsito, y los índices de personas que mueren a causa de la violencia se reducen cada año. No necesitamos para ello soldados yankis. La lucha contra las drogas es un pretexto para establecer bases militares en todo el hemisferio. ¿Desde cuándo los buques de la IV Flota y los aviones modernos de combate sirven para combatir las drogas?

El verdadero objetivo es el control de los recursos económicos, el dominio de los mercados y la lucha contra los cambios sociales. ¿Qué necesidad había de restablecer esa flota, desmovilizada al final de la Segunda Guerra Mundial, hace más de 60 años, cuando ya no existe la URSS ni la guerra fría? Los argumentos utilizados para el establecimiento de siete bases aeronavales en Colombia son un insulto a la inteligencia.

La historia no perdonará a los que cometen esa deslealtad contra sus pueblos, ni tampoco a los que utilizan como pretexto el ejercicio de la soberanía para cohonestar la presencia de tropas yankis. ¿A qué soberanía se refieren? ¿La conquistada por Bolívar, Sucre, San Martín, O´Higgins, Morelos, Juárez, Tiradentes, Martí? Ninguno de ellos habría aceptado jamás tan repudiable argumento para justificar la concesión de bases militares a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, un imperio más dominante, más poderoso y más universal que las coronas de la península ibérica.

Si como consecuencia de tales acuerdos promovidos de forma ilegal e inconstitucional por Estados Unidos cualquier gobierno de ese país utilizara esas bases, como hicieron Reagan con la guerra sucia y Bush con la de Iraq, para provocar un conflicto armado entre dos pueblos hermanos, sería una gran tragedia. Venezuela y Colombia nacieron juntos en la historia de América tras las batallas de Boyacá y Carabobo, bajo la dirección de Simón Bolívar. Las fuerzas yankis podrían promover una guerra sucia como hicieron en Nicaragua, incluso emplear soldados de otras nacionalidades entrenados por ellos y podrían atacar algún país, pero difícilmente el pueblo combativo, valiente y patriótico de Colombia se deje arrastrar a la guerra contra un pueblo hermano como el de Venezuela.

Se equivocan los imperialistas si subestiman igualmente a los demás pueblos de América Latina. Ninguno estará de acuerdo con las bases militares yankis, ninguno dejará de ser solidario con cualquier pueblo latinoamericano agredido por el imperialismo.

Martí admiraba extraordinariamente a Bolívar y no se equivocó cuando dijo: “…así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo… calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.”

Agosto 9 de 2009

6 y 32 p.m.

Fidel Castro Ruiz

domingo, 9 de agosto de 2009

Para la reflexión

Política de Estado para los negocios y el robo
Arnaldo Córdova
L

a sociedad es siempre la que produce la riqueza de una nación, pero ha sucedido también que es el Estado la mayor fuente de riqueza de los privados. Hace unos cien años eso estaba a la vista de todo mundo y ahora es difícil verlo con toda claridad. Puede decirse, empero, que nunca como ahora los privados se enriquecen de un modo que antes era impensable, por la sencilla razón de que tanto la sociedad como el Estado manejan una riqueza que antaño era igualmente impensable. Los ideólogos del capital jamás lo aceptarán, porque para ellos el Estado es un expoliador de los privados, o sea, un parásito.

Basta con ver los datos que las estadísticas registran sobre inversiones, para darse cuenta cabal de ello. Si alguien quiere hacerse de dinero en grande, en nuestras sociedades contemporáneas, no tiene más recurso que hacerlo asociado y en contubernio con o robando al Estado. Aquel famoso dicho de los años cincuenta de que cada sexenio paría una nueva camada de millonarios es hoy tan cierto como entonces. Y sin duda hoy más. En el primer año de gobierno de López Mateos el presupuesto nacional era de 11 mil millones de pesos. Ahora es de dos billones y medio casi. Con todas las traducciones que se hagan, eso hoy es muchísimo dinero.

El hombre más rico de México (que, por cierto, no figuraba entre los 300 de Legorreta, como tampoco otros de los más ricos) ni siquiera podría soñar en disponer de la centésima parte del dinero público para sus negocios y es por eso que siempre está clamando porque ese dinero se invierta productivamente. El erario siempre ha sido la ubre de la que se alimenta la riqueza privada. Los privados producen la riqueza que les permite su participación en los grandes proyectos públicos. Solos a menudo van a la quiebra porque no saben hacer negocios de otra forma o no crecen. De hecho, eso ocurre en todo el mundo y no sólo aquí.

Por eso era tan importante el Estado para Keynes, el gran teórico de la recuperación de la crisis generada en la era entre guerras del siglo XX; pero él pensaba que el Estado ponía los proyectos y el presupuesto y los privados debían poner la iniciativa y la creatividad. Hay que decir que el gran economista inglés dudaba mucho de una audacia de tal tamaño en los privados. Hasta en eso el Estado debía sustituirlos, disciplinarlos y obligarlos a hacer su tarea. Y vaya que tenía razón. Desde siempre el desarrollo del capitalismo ha sido la historia del latrocinio generalizado de la riqueza pública y social por unos cuantos.

El gran filósofo inglés del siglo XVII, John Locke, considerado como el padre del liberalismo económico moderno, demandaba la fundación de un Estado cuya misión sería proteger la propiedad privada. Creo que nunca se imaginó que bajo esa concepción el arte de gobernar acabaría siendo el arte de robar a discreción la riqueza del Estado y, siempre que se pudiera, también de la sociedad. Los gobernantes priístas, sobre todo a partir del sexenio de Miguel Alemán, llevaron ese arte a la excelsitud, sobre todo, porque jamás se propasaron y se atuvieron siempre a lo que era la entidad real de la riqueza que el país poseía y producía.

El mejor testimonio de esa época lo acuñó el Tejón Garizurieta: Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error. Para decirlo de un modo que le haga justicia a los priístas de antaño, el robo con ellos era, después de todo, razonable. Pero hay una diferencia entre robo y saqueo indiscriminado. Creo que todos se rieron de Fox cuando dijo, después de haber ganado las elecciones de 2000, que su propósito era gobernar este país como una empresa. A ningún panista de vieja cepa se le habría ocurrido postular semejante estupidez. No a Gómez Morín, que creía de verdad en la responsabilidad social de los privados.

En los años cincuenta circuló en Estados Unidos un mal chiste que decía que Roosevelt había demostrado que un gran hombre podía ser presidente de Estados Unidos; Truman había demostrado que no se necesitaba ser un gran hombre para ser presidente y, finalmente, Eisenhower venía a demostrar que hasta un pendejo podía ser presidente. Ese mal chiste se atribuyó a republicanos malquerientes del general. Es muy probable que los dueños de la riqueza y del poder hayan pensado, en tiempos de Ernesto Zedillo, que era llegado el momento de poner en la Presidencia a un idiota.

Eso permitió acabar de convertir la política en el mecanismo para hacer gobierno robando y saqueando. Pierre-Joseph Proudhon, el padre del anarquismo teórico moderno, afirmó que la propiedad privada era un robo. No se refería a quien trabaja para vivir, sino a quienes hacen de la propiedad un medio para hacer negocios y especular sobre los haberes de los prójimos. Ya los últimos tres presidentes priístas habían acabado de convertir la política en un procedimiento para saquear las riquezas de la nación y del erario público. Se necesitaba un idiota en el mando del país para consumar ese procedimiento. Hacer política es hacer negocio, quiere decir hacer política para robar. Ahora está claro.

Por doquier que miremos tendremos el mismo espectáculo: funcionarios públicos de todos los niveles, empleados del gobierno, empresarios y servidores suyos, políticos de todos los partidos y sus ayudantes clientelares de toda laya, incluso ciudadanos comunes y corrientes que se ven involucrados en la vida pública y de sociedad, robando y saqueando. Y cada uno tiene sus razones muy atendibles. La prensa nos da noticia diaria de todo ello: señores magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, legisladores, funcionarios del Poder Ejecutivo en todo el país, funcionarios municipales, todos, robando y saqueando, al asignarse ya tan sólo sueldos y emolumentos de escándalo.

El Procampo, inventado por Salinas, que va a los agricultores panistas y priístas y también a losnarcos y sus familiares. El cuidado de los niños de los afiliados al IMSS en guarderías como la ABC de Hermosillo, materia de robo, saqueo y muerte. El petróleo de la nación, depredado por los mismos funcionarios y empleados de Pemex que saben cómo ordeñar los ductos y las terminales de la empresa y aprovechar los filtros aduanales para traernos al DF diesel de contrabando y de mala calidad. Televisoras que pueden imponer el consenso en su modo de robar y de dictar los cánones de la opinión pública. Bancos que nos roban todos los días sin que tengamos defensa alguna. Todos, haciendo negocios.

En eso se ha convertido el gobierno de la nación y en eso se ha transformado la política nacional.


la jornada

sábado, 8 de agosto de 2009

Himno a Atón

 
"¡Espléndido te alzas en el horizonte,

Oh Aton viviente, creador de vida!

Cuando amaneces en el horizonte oriental,

Llenas todas las tierras con tu belleza.

Eres bello, grande, deslumbrante,

Elevado sobre todas las tierras;

Tus rayos abrazan las tierras,

Hasta el límite de todo lo que has creado.

Porque siendo Ra, alcanzas sus límites,

Y los has doblegado (para) tu amado hijo;

Aunque estás lejos, tus rayos brillan sobre la tierra,

Aunque cualquiera sienta tu presencia, tus rayos son invisibles.

 

Cuando te pones en el horizonte occidental,

La tierra queda en tinieblas, como en la muerte;

Todos yacen las en habitaciones, sus cabezas cubiertas,

Un ojo no puede ver a su compañero.

Ellos podrían ser despojados de sus propiedades,

aunque estén sobre sus cabezas,

La gente no se daría cuenta.

Todos los leones salen de sus guaridas, 

Todas las serpientes muerden;

La oscuridad se cierne, la tierra está en silencio,

Así como su creador descansa en el horizonte.

La tierra brilla cuando amaneces en el horizonte,

Mientras resplandeces como el Aton durante el día;

Cuando disipas la oscuridad,

Cuando ofreces tus rayos,

Las Dos Tierras están en fiesta

Despiertas y erguidas sobre sus pies,

Tú las has levantado.

Sus cuerpos están purificados, vestidos,

Su brazos adoran tu aparición.

Toda la tierra se dispone a trabajar,

Todos los rebaños pacen en sus pastos;

Los árboles y las hierbas florecen,

Los pájaros echan a volar de sus nidos,

Sus alas saludan a tu ka. 

Todo rebaño brinca sobre sus patas. 

Todo lo que vuela y se posa,

Vive cuando amaneces para ellos.

Los barcos van corriente arriba, y corriente abajo,

Todos los caminos se abren cuando te alzas.

Los peces del río saltan ante de ti,

Tus rayos están en el centro del mar.

Tú quien haces crecer la semilla dentro de las mujeres,

Tú, quien creas las personas del esperma; 
Quien alimentas al hijo en el vientre de su madre,

Quien calmas apagando sus lágrimas.

Nodriza en el vientre,

Dador de aliento,

Para animar todo lo que creas.

Cuando sale del vientre para respirar,

El día de su nacimiento

Tú atiendes sus necesidades.

Cuando el pollo está en el huevo, piando dentro de la cáscara,

Tú le das aliento dentro de ella para insuflarle vida;

Cuando lo has terminado,

Para que pueda romper el huevo,

Sale de su interior,

Para anunciar su terminación,

Caminando sobre sus dos patas sale de él. 

 

¡Cuán grande es tu obra,

Aunque escondido a la vista,

¡Oh, Dios Único junto a quien nadie existe!  

Tú creaste la tierra según tu voluntad, tu sólo,

Todos los hombres, todos los grandes y pequeños animales,

Todas las cosas que hay sobre la tierra que caminan sobre sus piernas,

Todo lo que vuela por medio de sus alas,

Las tierras de Khor y Kush,

La tierra de Egipto.

Tú pones a cada hombre en su lugar,

Tú satisfaces sus necesidades,

Cada uno tiene su alimento,

Calculas la duración de sus vidas.

Sus lenguas difieren en el idioma,

Así también sus caracteres;

Sus pieles son distintas,

Para distinguir a las personas.

 

Tú provocas la inundación desde la Duat

Tú la llevas cuando deseas,

Dar vida a los hombres,

Pues tú los has creado para ti.

Señor de todo, quien trabaja para ellos,

Señor de todas las tierras, quien brilla para ellas,

El Aton del día, ¡grande en su gloria!.

A todas las tierras lejanas, que haces vivir,

Tú les has concedido el descenso de la inundación desde los cielos;

(10) El crea olas sobre las montañas, como lo hace el mar,

Para empapar sus campos y sus ciudades.

¡Cuán excelentes son tus obras, Oh, Señor de eternidad! 

Una inundación desde el cielo para los extranjeros

Y para todas las criaturas de la tierra que caminan sobre sus patas,

Para Egipto la inundación viene desde la Duat.

Tus rayos alimentan todos los campos,

Cuando brillas, ellos viven, ellos crecen para ti;

Tú creas las estaciones para desarrollar toda tu obra:

El invierno para refrescarlos, calor para que te sientan.
Tú has creado el lejano cielo para brillar allí,

Para contemplar toda tu obra,

Tú solo, brillando en tu forma de Aton,

Elevado, radiante, distante, cercano.

Tú creas de ti mismo millones de formas,

Ciudades, pueblos, campos, el curso del río;

Todos los ojos te observan por encima de ellos,

Pues tú eres el Aton de las horas del día sobre lo alto.

 
Tú estás en mi corazón,

No hay nadie que te conozca,

Excepto tu hijo, Neferjeperura, el Único de Ra,

A quien has mostrado tus sendas y tu poder.

Todos aquéllos en la tierra salen de tus manos cuando los creas,

Cuando amaneces ellos viven,

Cuando te pones ellos mueren;

Tú eres el tiempo vital en todos tus miembros, todos viven gracias a ti.

Todos los ojos están puestos en (tu) belleza hasta que te acuestas,

Todas las labores cesan cuando descansas en occidente;

Cuando te levantas haces que todos se apresuren por el Rey,

Todas las piernas están en movimiento desde que fundaste la tierra.

Tú los alzas para tu hijo quien proviene de tu cuerpo,

El Rey que vive en Maat, el Señor de las Dos Tierras,

Neferjeperura, el Único de Ra,

El Hijo de Ra, quien vive en Maat, Señor de las coronas, Ajenaton, grande durante su vida;

Y la gran Reina a quien él ama, la señora de las Dos Tierras, Nefernefruaton-Nefertiti, que viva eternamente".


http://www.vopus.com.ar/otras_web.htm

viernes, 7 de agosto de 2009

Diario de Alita

Entre el canto del gallo, el aliento cada vez más azul del sol, los ladridos, el zumbido de los últimos moscos y los himnos de los pájaros que hacen vibrar al aire, un día nuevo, una nueva manera de advertir los hechos, de acercarse por caminos insospechados al eje que nutre a las cosas. 
El negro de la noche ha sido sepultado temporalmente en las siluetas de los grandes árboles y en las sombras que, sin focos prendidos, recorren las casas de las mujeres y los hombres, que están por levantarse creyendo que saben lo que les depara. Algunas flores ya tienen signos de tibio color, pero más bien uno es el espía que no debería estar viéndolas. En lo bajo del cielo hay un blanco con amarillo que no es ni blanco ni amarillo: es la luz del ojo que nos mira. A mitad del cielo hay una estrella tan fina que estará bien ser borrada por la luz que es una muerte, no sólo una vida. Y en lo alto hay ese desierto celeste que no tiene fin. 
La tierra la inauguran los olores. Los gallos persisten. Todo este amanecer es un imperio divino. 

jueves, 6 de agosto de 2009

No..

atardecer-junto-a-la.jpg



Ya nunca más posaras tus manos vacías en tu espalda bajo la caliente lluvia ..

..No sin que mi mirada las persiga.


T.S.A

miércoles, 5 de agosto de 2009

La leyenda del loto azul (Madame H.P. Blavatsky)



Todo título de revista o de libro ha de tener su razón de ser, y el de una publicación teosófica sobre todo. El titulo se atiene a la expresión del objeto de que se trate, simbolizando, por así decirlo, el contenido de la publicación. Siendo la alegoría el lema de las filosofías orientales, sería una lástima que uno percibiera en el nombre de “Lotus Bleu” (Loto Azul) tan sólo el nombre de una planta acuática, la Nymphoea Cerulea o Nelumbo.
Con el fin de no cometer semejante torpeza, vamos a tratar de iniciar a nuestros lectores en el simbolismo del loto en general y del loto azul en particular. Esta planta misteriosa y sagrada fue desde siempre considerada el símbolo del Universo, tanto en Egipto como en las Indias. No existe un solo monumento en el valle del Nilo, ni un papiro, en los que esta planta no tenga su lugar de honor. Desde los capiteles de las columnas egipcias hasta las residencias y hasta el tocado de los reyes-dioses, el loto se encuentra por todas partes simbolizando el Universo. Se convirtió necesariamente en un atributo indispensable de todo dios creador, así como de toda diosa, si bien ésta no tenía en filosofía más que el aspecto femenino del Dios, andrógino en principio, masculino a continuación.
Es del Padma Yont, “el seno del loto”, del Espacio absoluto o del Universo, fuera del tiempo y del espacio, que emana el cosmos condicionado y limitado por el tiempo y por el espacio. El Hiranya Garbha, “el huevo” (o la matriz) de oro, de donde surgió Brahmâ es llamado a menudo el loto celestial. El dios Vihnu, la síntesis de la trimurti o trinidad hindú, flota adormecido durante las noches de Brahmâ sobre las aguas primordiales, tendido sobre una flor de loto. Su diosa la bella Lakshmi, surgiendo como la Venus Afrodita del seno de las aguas, tiene a sus pies un loto blanco.
Es como un batir de los dioses reunidos, del Océano de leche, símbolo del espacio y de la vía láctea que, formada de la espuma de las olas cremosas, que Lakshmi, diosa de la belleza y madre del amor (kama), se apareció ante los dioses maravillados, apoyada en un loto y sujetando otro en la mano.
He aquí el por qué los dos principales títulos de Lakshmi: padma, el loto, y Ksztrabblit-tazzuyâ, hija del Océano de leche. Gautama, el Buda, que jamás fue degradado al nivel de un dios, al ser sin embargo el primer osado mortal que en la época histórica interrogó a la esfinge muda que se denomina el Universo, y terminó por arrancarles los secretos de la vida y de la muerte, y que sin embargo, repetimos, jamás fue deificado, fue no obstante reconocido por las generaciones posteriores de Asia como dominador del Universo. Y es por esto que este vencedor y dueño del mundo intelectual y filosófico se representa sentado sobre un loto abierto, símbolo de este universo adivinado por él. En las Indias y en Ceilán, el loto es generalmente de color dorado, entre los buddhistas del Norte es azul.
Sin embargo existe en el mundo una tercera clase de loto, el Ztzyphus. El que come de él olvida su patria y a sus seres queridos, dicen los antiguos. No sigamos este ejemplo: no olvidemos nuestra patria, la cuna de la raza humana, y el lugar del nacimiento del loto azul.
Levantemos pues el velo del olvido que recubre una de las alegorías mas antiguas, una leyenda védica que los cronistas brahmanes han preservado sin embargo. Sólo que como estos cronistas la explican cada uno a su manera, añadiendo variaciones,(1) la damos aquí, no según las versiones y traducciones incompletas de los señores orientalistas, sino según la versión popular. Así es como la cantan los antiguos bardos del Rajistán, cuando en las tardes cálidas de la estación de las lluvias vienen a sentarse bajo el mirador del bungalow de los viajeros. Dejemos, pues, a los orientalistas con sus especulaciones fantasiosas. ¿Que nos importa que el padre del príncipe pusilámine y egoísta, que fue la causa de la transformación del loto blanco en loto azul, se llamara Hartschandra o Ambarisha? Los nombres no tienen nada que ver ni con la cándida poesía de la leyenda, ni con su moral, porque se encontrará una si se busca bien. Observemos más bien que el episodio principal recuerda curiosamente otra leyenda, la de Abraham bíblico y la del sacrificio de Isaac.

He aquí la leyenda del Loto Azul.

Siglos y siglos han transcurrido desde que Ambarisha, rey de Ayodhyâ, reinaba en la ciudad fundada por el santo Manú Vaivasvata, el hijo del sol. El rey era un Sûryavansa (un descendiente de la raza solar) y se decía el servidor más fiel de Varuna, el Eterno, el dios más grande así como el más poderoso en el Rig-Veda (2). Pero el Eterno había negado herederos masculinos a su adorador, lo cual hacia que el rey se sintiera completamente derrotado.
“¡Ay!", se lamentaba cada mañana mientras hacia su puja, sus devociones, ante los dioses inferiores. “¡Ay, de qué me sirve ser el rey mas grande de la tierra, si el Eterno me niega un sucesor de mi sangre!”. Cuando haya muerto y esté en la pila funeraria, ¿quién llevara a cabo por mí el dulce deber filial de romper el cráneo a mi cadáver para liberar mi alma de sus últimas trabas terrenales? ¿Qué mano extraña, durante la luna llena, colocara el rij del Sraddha, para honrar a mis manes? (3) los mismos pájaros de la muerte,(4) ¿no se sustraerán del festín fúnebre? Porque, con toda seguridad, mi sombra remachada a la tierra por su gran desespero, no les dejara que la toquen!”
De este modo se sentía el rey desolado, cuando su grithasta (capellán de la familia) le inspiró la idea de hacer un voto. Si el Eterno le enviaba dos o mas hijos, él le prometía al dios sacrificarle el mayor, en una ceremonia pública , cuando la victima hubiera alcanzado la pubertad. Atraído por esta promesa de carnes sangrientas y humeantes, de tan grato perfume para todos los grandes dioses, Varuna acepto la promesa del rey, y el feliz Ambarisha tuvo un hijo, seguido de varios otros. El mayor, el heredero de la corona, fue llamado Rohita (el rojo) y apellidado el Devarata, lo cual, traducido literalmente significa el “Dios dado”. Devarata creció y muy pronto se convirtió en un guapo príncipe, pero tan egoísta y astuto como bello, si hemos de dar crédito a las leyendas.
Cuando el príncipe hubo alcanzado la edad requerida, el Eterno, hablando por boca del mismo capellán de la corte, conminó al rey a mantener su promesa. Pero, Ambarisha, inventando cada vez mas pretextos para alejar el momento del sacrificio hizo que, finalmente, el Eterno se enfadara...Y como dios colérico y celoso que era, amenazó al rey con toda su cólera divina.
Durante mucho tiempo, ni requerimientos ni amenazas obtuvieron el efecto deseado. Mientras hubo vacas sagradas que pasaban de los establos reales a la de los brahmanes, y dinero en las tesorerías para llenar las criptas de los templos, los brahmanes consiguieron tener tranquilo a Varuna. Pero, cuando ya no quedaron ni vacas ni dinero, el Eterno amenazó al rey de sumergir su palacio con él y sus herederos, y si escapaban a quemarlos vivos. Habiendo agotado los argumentos, el pobre rey Ambarisha hizo llamar a su primogénito y le informó de la suerte que le esperaba. Pero Devarata no le prestó oídos. Se negó a someterse a la doble voluntad paternal y divina.
De modo que se encendieron las hogueras del sacrificio y toda la buena gente de Adyodhya se reunió emocionada. El príncipe heredero fue el único que faltó a la fiesta.
Se había refugiado en los bosques de los yoguis. Ahora bien, estos bosques estaban habitados por santos eremitas y Devarata sabia que allí era inatacable e inexpugnable. Se le podía visitar, pero nadie podía violentarle, ni siquiera el mismo Varuna, el Eterno. Esto era muy simple. Las austeridades religiosas de los Aranyakas (los santos de la selva), de entre los cuales varios eran Datillas, (titanes, la raza de gigantes y demonios), les proporcionaban tal poder que todos los dioses temblaban ante su omnipotencia y sus poderes sobrenaturales, incluido el Eterno.
Estos Yoguis antediluvianos, según parece, poseían el poder de destruir a este mismo Eterno, a voluntad, tal vez porque fueron ellos mismos quienes lo habían inventado.
Devarata pasó en los bosques varios años. Diciéndose que podría satisfacer a Varuna encontrado un sustituto que se hiciera inmolar en su lugar, con tal que fuera un hijo de un Rishi, se puso en camino y terminó por descubrir lo que necesitaba.
En el país que se extiende cerca de las riberas floridas del famoso lago Pushkara, había hambre, y un gran Santo llamado Ajigarta, (5) estaba a punto de morir de hambre con toda su familia. Tenia varios hijos, el segundo de los cuales, un adolescente virtuoso llamado Sunahsepha, estaba apunto de convertirse en Rishi él también. Aprovechando la penuria y pensando, con razón, que panza hambrienta tendría mas oídos que vientre satisfecho, el astuto Devarata puso al corriente de su historia. Después de lo cual le ofreció cien vacas a cambio de Sunahsepha, para servirle de sustituto como comida de ofrenda en el altar del Eterno. El padre virtuoso se negó abiertamente al principio. Pero el dulce Sunahsepha se ofreció él mismo y hablo de este modo a su padre:
“¿Qué importa la vida de un solo hombre, cuando ésta puede salvar la vida de tantos otros? El Eterno es un Dios grande, y su misericordia es infinita; pero también es un dios muy celoso y su cólera es pronta y vengativa. Varuna es el dueño del terror, y la muerte obedece a su mandato. Su espíritu no se avendrá siempre con el que le desobedece, se arrepentirá de haber creado al hombre y entonces quemará vivos cien mil lakhs de personas inocentes, (6) por un solo culpable. Si su victima se le escapa, con toda seguridad secará nuestros ríos, hará que la tierra arda y afectará a las mujeres en cinta, en su bondad infinita... Deja, pues, que me sacrifique, padre mío, por este extranjero que nos ofrece cien vacas; porque eso evitará que tú y mis hermanos, muráis de hambre y librará a miles de otros de una muerte terrible. A este precio, abandonar la vida es dulce para mí.”
El viejo Rishi vertió un mar de lagrimas; pero terminó por consentir y se fue a preparar la pira de sacrificio. (7)
El lago Pushkara (8) era uno de los lugares favorecidos de esta tierra por la diosa Lakshmi-Padma (loto blanco), quien se sumergía a menudo en sus frescas olas para rendir visita a su hermana mayor, Varuni, la esposa de Varuna, el Eterno. (9) Lakshmi-Padma escuchó la ofrenda de Devarata, vio el desespero del padre y admiró la devoción filial de Sunahsepha. Llena de piedad, la madre del amor y de la compasión mandó buscar al Rishi Visvamitra, uno de los siete Manús primordiales e hijos de Brahma, y consiguió interesarle en la suerte de su protegido. El gran Rishi le prometió su ayuda. Apareciéndose ante Sunahsepha mientras permanecía invisible para los demás, le enseñó dos versículos sagrados (Mantras) del Rig-Veda, haciéndole prometer que los recitaría en la pira. Ahora bien, el que pronunciara estos dos mantras (invocaciones) obligaría a todo el cónclave de los dioses, con Indra a la cabeza, a venir en su ayuda y se convertiría por eso mismo en Rishi en esta vida o en su próxima encarnación.
El altar se levantó a la orilla del lago, la pira preparada y la multitud reunida. Entendiendo y después atando a su hijo sobre el altar perfumado, Ajigarta se provee del cuchillo del sacrificio. Luego, levanta su brazo trémulo por encima del cuerpo de su hijo amado, mientras éste recita los versículos sagrados. Todavía un instante de duda y de dolor supremo...y, cuando el hijo termina su mantra, el viejo Rishi hunde su cuchillo en el seno de Sunahsepha.....
Pero, ¡Oh milagro! Al instante, Indra, el dios del azur (el firmamento) se desliza desde los cielos y se precipita en medio de la ceremonia. Rodeando la pira y la victima con una espesa nube azulada, la neblina apaga las llamas de la pira y desata las cuerdas que sujetaban al hijo cautivo. Es como si un ángulo del cielo azul se hubiera abatido sobre el lugar iluminando el país entero y coloreando toda la escena con su dorado azul.
Asustados, la multitud y el mismo Rishi cayeron prosternados, medio muertos de miedo. Cuando volvieron en sí, la niebla había desaparecido y se había verificado un cambio total de la escena.
El fuego de la pira se había reanimado por sí mismo y, extendida encima, se veía una cierva (Rohitj, (9) que no era otra que el príncipe Rohita, el Devarata, que, con el corazón traspasado por el cuchillo que él había dirigido contra otro, se quemaba en holocausto por su pecado.
A pocos pasos del altar, extendiendo, también, pero sobre un lecho de lotos, dormía apaciblemente Sunahsepha. Y en el lugar donde el cuchillo había alcanzado su seno, se vio expandirse un hermoso loto azul . El mismo lago Pushkara, recubierto un instante antes de lotos blancos cuyos pétalos brillaban al sol como copos plateados llenos de amrita (10) Reflejaban ahora el azul del cielo; los lotos blancos se habían convertido en azules.
Entonces se oyó una voz melodiosa como la voz de la vina, elevándose en el aire desde el fondo de las olas, que pronunciaba estas palabras y esta imprecación :
“Un príncipe que no sabe morir por sus súbditos no es digno de reinar sobre los hijos del Sol. Reinará en una raza de cabellos rojos, una raza bárbara y egoísta; y las naciones que descenderán de él no tendrán como herencia sino el poniente. Es el segundo hijo de un asceta mendicante, aquel que sacrifica su vida sin dudar para salvar la de los demás, el que se convertirá en rey y reinará en su lugar.”
Un estremecimiento de aprobación puso en movimiento el tapiz florido que recubría el lago. Abriendo a la luz dorada sus corazones azules, los lotos sonrieron de alegría y enviaron un himno de perfume a Surya, su sol y señor. Toda la naturaleza se regocijó, excepto Devarata que no era más que un puñado de cenizas.
Entonces Visvamitra, el gran Rishi, aunque padre ya de cien hijos, adoptó a Sunahsepha como su primogénito, y maldijo de antemano, a modo de precaución, a todo mortal que se negara a reconocer en el último nacido del Rishi, al primogénito de sus hijos y heredero legitimo del trono del rey Ambarisha.
Como consecuencia de este decreto Sunahsepha nació, en su siguiente encarnación, en la familia real de Ayodhyâ, y reinó sobre la raza Solar durante 84.000 años.
En cuanto a Rohita, por mas Devarata o dios que fuera, sufrió la suerte a la que Lakshmi-Padma le había señalado. Se reencarnó en la familia de un extranjero sin casta, (Mecckha-Yavana), y se convirtió en el antecesor de las razas bárbaras de cabellos rojos que habitan Occidente.”
Es para la conversión de estas razas que el Loto Azul se fundó. Y si algunos de nuestros lectores pone en duda la verdad histórica de esta narración de nuestro antepasado Rohita y de la transformación de los lotos blancos en azules, quedan invitados a realizar un viaje a Ajinir.
Una vez allí, no tendrán más que situarse a la orilla del lago tres veces santo, llamado Pushkara, donde todo peregrino que en él se baña durante la luna llena del mes de octubre-noviembre, alcanza la más elevada santidad, sin mayor preocupación. Allí, los escépticos podrán ver con sus propios ojos el lugar donde se levanta la pira de Rohita, así como las aguas frecuentadas en otro tiempo por Lakshmi.
Podrán ver incluso los lotos azules, si gracias a una nueva transformación decretada por los dioses, la mayoría de estas plantas no se han convertido desde entonces en cocodrilos sagrados a los que nadie tiene el derecho de molestar. Lo cual hace que nueve peregrinos de cada diez que se bañan en las aguas del lago, tienen la oportunidad de entrar en el Nirvana casi en seguida, y que los cocodrilos sagrados son los mas grandes de su especie.

(De LE LOTUS BLEU, abril 1890, copiado del de octubre 2001)
(Sophia nº 157,enero 2002, S.T.E )

(1) – Comparad la historia de Sunahspha, en “Bhâgavata”,IX, XVI,35; el Ramayana, leer I,cap. LX; Manú X, 105; Koulloûka Bhatla (el Historiador); Bahwruba y Aitareya Brahmanas; Vishnu Purana, etc. Etc. Cada libro en su versión.
(2) - Sólo es mucho mas tarde, en el Panteón dogmático y el politeísmo simbólico de los brahmanes que Varuna se convierte en el Poseidón o Neptuno que ahora es. En el Veda, es el mas antiguo de los dioses, uno con el Urano griego; es decir, una personificación del espacio celeste y de los cielos infinitos, el creador y el gobernador del cielo y de la tierra, el Rey, el Padre y el Maestro elegido del mundo, de los dioses y de los hombres. El Urano de Hesiodo y el Zeus de los griegos en uno.
(3) – Las cornejas y los cuervos.
(4) – La Sraddha es una ceremonia póstuma observada durante nueve días por el pariente mas próximo del difunto. Hubo un tiempo en que esta ceremonia era mágica . actualmente consiste principalmente en esparcir, entre otras practicas, granos de arroz cocido delante de la puerta de la casa del difunto. Si las cornejas devoran rápidamente el arroz, es un signo de que el alma se ha liberado y esta en paz. Sino, estos pájaros tan voraces, al no tocar el alimento, facilitan la prueba de que el pisatcha o blout (fantasma) está allí para impedirlo. La Sraddha es una superstición, evidentemente, pero no más, con toda seguridad, que las novenas y misas de los muertos.
(5) - Otros lo llaman Rishita y hacen del rey Ambarisha, Harixhandra, el famoso soberano que fue el parangón de todas las virtudes.
(6) - Un lakh es una medida de 100.000, se trate de hombres o de monedas.
(7) - Manú (lib. X, 105), aludiendo a esta historia señala que Ajigarta, el santo Rishi, no cometió ningún pecado vendiendo la vida de su hijo, puesto que este sacrificio preservaba su vida y la de toda su familia. Esto nos recuerda otra leyenda, más moderna, si bien puede servir de paralelo a está. El Conde Ugolino, condenado a morir de hambre en su torreón, ¿no devoro a sus hijos “para conservarle un padre”?. La leyenda popular de Sunashsepha es mas hermosa que el comentario de Manú; una interpolación de los brahmanes en los Manuscritos falsificados, evidentemente.
(8) - Este lago es llamado algunas veces Pohker en nuestros días. Es un famoso lugar de peregrinación anual situado en un bonito lugar y a cinco millas inglesas de Ajmir, en el Rajistán. Poushkara significa “loto azul”, y el agua del lago esta recubierta como si fuera un tapiz por estas hermosas plantas. Pero la leyenda asegura que en un principio eran blancas. Poushkara es también nombre propio de hombre y el nombre de una de las “siete islas sagradas” de la Geografía delos hindúes , las Sapta dvipa.
(9) - Varuni, diosa del calor (mas tarde diosa del Vino) también nació del Océano de leche. De los “catorce objetos preciosos” producidos por el batir, ella aparece la segunda y Lakshmi la ultima, precedida por la copa de Amrita, la bebida que proporciona la inmortalidad.
(10) – Un juego de palabras, Rohit en sánscrito es el nombre de la hembra del gamo, de la cierva, y Rohita quiere decir “el rojo”. Es por su cobardía y su miedo a morir que fue transformado en cierva por los dioses, según la leyenda.
(11) –El elixir que confiere inmortalidad.
(12) –Una especie de laúd cuya invención es atribuida al dios Shiva.

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martes, 4 de agosto de 2009

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