Sonido Fulgor

viernes, 19 de marzo de 2010

Más de Almodóvar y Los Abrazos Rotos



TOMADO DE SU INTERSANTE BLOG www.pedroalmodovar.es



14.4.2008

TITULOS Y PEINADOS.

Antes que nada me gustaría aclarar un error aparecido en la página del IMDB sobre “Los abrazos rotos”, mi próxima película, NO se trata de mi adaptación de la novela de Thierry Jonquet “Mygale”. Dicha adaptación existe y se llama “La piel que habito”. Pienso rodarla después de “Los abrazos…”, pero todavía quiero retocar un poco el guión.
Hace años que acaricio este proyecto, lo he manoseado y destilado tanto que se ha quedado en una libérrima adaptación de la novela de Jonquet.
Puntualizando: “Los abrazos rotos” es un guión original y no está inspirado en ninguna novela. Su inspiración procede de la oscuridad.



OSCURIDAD Y FICCION.

Hace años que padezco de dolores de cabeza, vengo de una familia, por parte de padre, víctima de este tipo de dolores. Los míos tienen distintos nombres y apellidos (jaquecas, cefaleas tensionales, también a veces me ataca La terrible Migraña. Es extraño que nadie haya hecho aún una película sobre la Migraña, una enfermedad misteriosa y terrible, y con un nombre que suena a una plaga de arácnidos.)

El año pasado, después de la exhaustiva promoción de “Volver”, cuando por fin podía dedicarme a cuidarme y escribir, caí fulminado durante meses por el ataque de ininterrumpidas y persistentes cefaleas y migrañas.
Me puse en manos de neurólogos, hice varios tratamientos, pero no es esto de lo que quería hablar, lo que quería decir es que viví mucho tiempo en mi habitación, a oscuras.
Los dolores de cabeza vienen acompañados de una severa fotofobia (todavía la tengo, por eso aparezco con frecuencias con gafas negras en las fotos de las alfombras rojas, no es cuestión de glamour sino de fotofobia).

¿No es absurdo que un director de cine, que vive rodeado de pantallas de luz, de focos enormes, y en cuyo trabajo la luz es esencial, padezca de fotofobia? Tremenda paradoja.
Pero toda mi vida, desde que la recuerdo, ha sido una continua cadena de paradojas.

No podía leer, ni ver dvds, ni escribir en el ordenador. Sólo podía imaginar. Podía pensar, pero no quería. De esos momentos de oscuridad surgieron “Los abrazos rotos”, al principio la historia tuvo otros títulos: “El prisionero de la calle O’Donnell”, “Doble identidad”, “Sub-versión”…
Yo vivía por entonces en la calle O’Donnell (prisionero). Pero que nadie piense en “Los abrazos rotos” como una suerte de autobiografía. Mi vida y el guión de “Los abrazos rotos” sólo tienen en común la oscuridad en la que vive uno de los personajes (en un momento de la película), pero la suya se debe a otras razones. En la película no aparece ningún analgésico, ningún neurólogo ni acupuntor. A nadie le duele la cabeza. Hay otros dolores. Y mucha ficción, un auténtico festín. Probablemente sea la historia más novelesca que haya escrito hasta ahora.



PEINADOS Y TITULOS.

He visto unas fotos de Penélope Cruz en la película de Woody Allen,”Vicky Cristina Barcelona”, despeinada al estilo de “Volver”.
Antes de empezar las pruebas para mi película ya había tomado la decisión de huir de los despeinados “divento matta”, inspirados en Sofía Loren, que tan bien le sientan a Penélope. Después de ver la foto de “Vicky…” me reafirmé en mi decisión. Quiero intentar no repetir peinados que Penélope haya lucido en otras películas. Disfruto mucho reinventándola, descubriendo la cantidad de personajes que habitan dentro de nuestra bella y versátil protagonista.

Hablando de la película que Woody Allen rodó en Barcelona, sólo conozco dos o tres fotos de Penélope, y el título. No tengo derecho a meterme donde no me llaman, pero alguien debería decirle a mi adorado Woody Allen que el título de su película “española” no significa nada en español. Según mi humilde criterio no es un buen o mal título, es un no-título.

Pero volviendo a los pelos, y a mi decisión de no repetir los que haya lucido en otras películas, antes de ver otras fotos de Penélope en “Elegy”, la película de Isabel Coixet, donde Penny aparece con un flequillo muy adolescente, ya había decidido que en alguna de sus facetas, el personaje de Penélope en “Los abrazos rotos” llevaría flequillo, pero más en el estilo de la Audrey Hepburn de “Sabrina”, o Anita Pallenberg en “Performance” (Nicholas Roeg). O sea, que a pesar de “Elegy” Penélope podrá lucir cierto tipo de flequillo…

CONFIESO que también tengo un problema con el título de la estupenda película de Coixet, basada en la novela de mi admiradísimo Philip Roth. La novela original tiene un título precioso y preciso, inmejorable: “El animal moribundo”. No entiendo las razones de los productores para desaprovecharlo y decidirse por “Elegía”, un título peor que el original, con el agravante de que a más de un admirador de Philip Roth le va a confundir. La novela de Philip Roth “Everyman” salió en España con ese mismo título, “Elegía” (tampoco entiendo porqué). O sea, que en español ya existe al menos una novela de Roth con el título de una película que no adapta “Everyman” sino “El animal moribundo”. Incluso yo me confundo al explicar mi confusión.


VOLVIENDO A LOS PEINADOS, el personaje de Penélope en mi película vive dos vidas muy distintas, casi opuestas, que naturalmente deben caracterizarse, entre otras cosas, por peinados muy diferentes. En la primera caracterización, Penélope es una morena, grave, dolorida, perseguida por la fatalidad, luchadora sin suerte, un angel caído. Una mujer sacada de un thriller de los años 50, trasladada a los 90. En la otra faceta del personaje aparece rubia, ligera, pop, ingenua, disparatada, exultante. Para esta segunda caracterización estamos utilizando cantidad de pelucas. Creo que ya hemos dado con lo que queríamos. De momento, aquí van un montón de peinados y modelos transitorios y en ocasiones equivocados, pero inevitables para llegar al look definitivo. Es parte del proceso. Un proceso divertido y agotador. Los días que dedico a controlar maquillajes, vestuario y pelucas salgo de la fábrica de El Deseo completamente descerebrado.

Modelo equivocado 1.
© Pedro Almodóvar.

Modelo equivocado 2.
© Pedro Almodóvar.

Lluis Homar (en vintage) arreglándole el Chanel (también vintage) a Penélope mientras ella mira a las musarañas.
© Pedro Almodóvar.

Peinado y color de pelo interesantes, pero no para este papel.
© Pedro Almodóvar.

Mona y pepona.
© Pedro Almodóvar.


Porno-star europea iniciando su carrera en L.A. Tampoco me sirve.
© Pedro Almodóvar.

Este pelo está más cerca de lo que quiero.
© Pedro Almodóvar.

Interesante flequillo de ingenua...
© Pedro Almodóvar.

Las manos son mías.
© Pedro Almodóvar.
¿Quién? ¡Audrey Hepburn! Ya estamos más cerca.
© Pedro Almodóvar.

LOS TITULOS, DE NUEVO.

Respecto a la traducción de “Los abrazos rotos” he visto publicado que en algunos lugares lo traducen como “Broken Hugs” y en otros como “Broken embraces”. No tengo tanto conocimiento del inglés como para decidir cual es el correcto, o si lo son los dos, pero tengo la impresión de que en mi historia los abrazos son más “embraces” que “hugs”.
Mis “abrazos” no son abrazos fraternales o amistosos, sino abrazos de amante apasionado. Abrazos como los de Jeanne Moreau y Maurice Ronet en las fotos finales de “Ascensor para el cadalso”, o como los que aparecen al principio de “Hiroshima, mon amour”, o el abrazo definitivo de Jennifer Jones y Gregory Peck en “Duelo al sol”. Abrazos de amantes en la cima de su pasión, en mi caso rotos, literalmente desgarrados, por una tercera persona.

Antes de despedirme quiero dar la bienvenida a nuevos nombres que componen el casting de la película: Ángela Molina me hará el infinito favor de interpretar a la madre pueblerina de Penélope. Es un papel breve, pero muy intenso. ¡Me alegro tanto de que haya aceptado! Desde “Carne Trémula” siempre he querido volver a trabajar con ella.
Debo dar también la bienvenida a la gran Carmen Machi, todavía están a tiempo de verla en su gira nacional como la absoluta protagonista de “La tortuga de Darwin”, de Mayorga (la obra es casi un monólogo. O tal vez es que la apabullante presencia de Machi la convierte en monólogo). Si existe justicia en el mundo del teatro, todos los premios del próximo año deberán caer en las manos de Carmen, actriz virtuosa, con muchos más registros de los que estamos acostumbrados a verla. Su intervención será breve, pero esencial.


Penny ensayando con la gran Carmen Machi.
© Pedro Almodóvar.

Igual que las pioneras Kiti Manver, Rossy de Palma y Chus Lampreave. La familia artística acude en mi ayuda, haciéndose cargo de pequeños papeles que ellas sabrán potenciar. Lola Dueñas también intervendrá en uno de mis personajes favoritos, una lectora de labios. Y ya se han incorporado a los ensayos de mesa los jóvenes Tamar Novas y Rubén Ochandiano, interpretando respectivamente a los hijos de Blanca Portillo y de José Luis Gómez. No sé si me olvido a alguien.

Tamar Novas. Nuevo en los talleres de El Deseo.
© Pedro Almodóvar.

Rubén Ochandiano ensayando en la oficina. Al fondo, yo, recogiendo un Oscar.
© Pedro Almodóvar.

Me quedo trabajando con Tamar y Rubén, estos chicos prometen. Hasta la próxima.

Pedro Almodóvar.

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