| Pero volviendo a los pelos, y a mi decisión de no repetir los que haya lucido en otras películas, antes de ver otras fotos de Penélope en “Elegy”, la película de Isabel Coixet, donde Penny aparece con un flequillo muy adolescente, ya había decidido que en alguna de sus facetas, el personaje de Penélope en “Los abrazos rotos” llevaría flequillo, pero más en el estilo de la Audrey Hepburn de “Sabrina”, o Anita Pallenberg en “Performance” (Nicholas Roeg). O sea, que a pesar de “Elegy” Penélope podrá lucir cierto tipo de flequillo…
CONFIESO que también tengo un problema con el título de la estupenda película de Coixet, basada en la novela de mi admiradísimo Philip Roth. La novela original tiene un título precioso y preciso, inmejorable: “El animal moribundo”. No entiendo las razones de los productores para desaprovecharlo y decidirse por “Elegía”, un título peor que el original, con el agravante de que a más de un admirador de Philip Roth le va a confundir. La novela de Philip Roth “Everyman” salió en España con ese mismo título, “Elegía” (tampoco entiendo porqué). O sea, que en español ya existe al menos una novela de Roth con el título de una película que no adapta “Everyman” sino “El animal moribundo”. Incluso yo me confundo al explicar mi confusión. VOLVIENDO A LOS PEINADOS, el personaje de Penélope en mi película vive dos vidas muy distintas, casi opuestas, que naturalmente deben caracterizarse, entre otras cosas, por peinados muy diferentes. En la primera caracterización, Penélope es una morena, grave, dolorida, perseguida por la fatalidad, luchadora sin suerte, un angel caído. Una mujer sacada de un thriller de los años 50, trasladada a los 90. En la otra faceta del personaje aparece rubia, ligera, pop, ingenua, disparatada, exultante. Para esta segunda caracterización estamos utilizando cantidad de pelucas. Creo que ya hemos dado con lo que queríamos. De momento, aquí van un montón de peinados y modelos transitorios y en ocasiones equivocados, pero inevitables para llegar al look definitivo. Es parte del proceso. Un proceso divertido y agotador. Los días que dedico a controlar maquillajes, vestuario y pelucas salgo de la fábrica de El Deseo completamente descerebrado.
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