Sonido Fulgor

martes, 2 de febrero de 2010

Mujer Zen


Cuando Satsume tenía 16 años empezó a visitar cierto templo para orar y a citar un especial texto sagrado día y noche. En cierta ocasión su padre miró en su habitación y la vio sentada sobre una copia de una escritura budista. Se alarmó, pensando que su hija podía haberse vuelto loca; con dulzura la amonestó: "¿Qué significa el que te sientes sobre una Escritura Santísima? Seguramente serás castigada por Buda". Satsume respondió: "¿Qué diferencia hay entre esta maravillosa Escritura y mis Nalgas?".
Su padre pensó que esto era mucho más de lo que podía comprender y fue a contárselo al Maestro zen Hakuin. Hakuin dijo: "Tengo un método que le ayudará". Escribió un corto poema que le pasó a su padre diciéndole: "Pega esto en la pared de tu casa, en donde estés seguro de que ella pueda verlo".
El poema decía:
Oyendo la llamada
de un silencioso cuervo
en la oscuridad de la noche,
uno echa de menos a su padre
antes de nacer.
El hombre tomó el poema e hizo con él lo que Hakuin había dicho. Cuando lo vio, Satsume dijo: "Este poema es del Maestro Hakuin. ¿Así que Hakuin sólo entiende tan poca cosa?".
Su padre pensó que esto era muy extraño, y se lo contó a Hakuin. Hakuin dijo: "Trae a Satsume contigo. Le haré una prueba".
Así, Satsume y su padre fueron a visitar a Hakuin. El Maestro zen hizo un cuestionario detallado a la joven, y Satsume respondió fluidamente. Hakuin, entonces, le presentó un par de koans y en unos días los resolvió, Hakuin le enseñó lo que está más allá de los koan y sus resoluciones y ella terminó superándolos.
En este punto, el padre de Satsume empezó a buscarle un marido que le conviniese. Al principio ella se negaba y no quería casarse, pero Hakuin la llamó y le dijo: "Ya has visto a través de la realidad iluminada, ¿por qué habrías de rechazar la realidad mundana?".

***

En cierta ocasión una mujer cuyo nombre se ignora, fue a ver a un maestro zen para ponerse a prueba. Le dijo: "He atravesado al Buda en mi propio cuerpo. Todo irradia luz. ¡Maravilloso!". El maestro le respondió: "Eso es lo que tú dices, pero ¿qué hay del pozo negro?, ¿acaso irradia luz?"
La mujer se levantó y dio una bofetada al maestro que estalló en carcajadas.

2 comentarios:

  1. Guzmán, gracias por compartir tu pensamiento, eso se aprecia.

    Pero esta es la tercera vez que nos compartes este fragmento de manera idéntica.

    Por favor regálanos tus propias palabras en tu próximo y muy bienvenido comentario.

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