Sonido Fulgor

jueves, 25 de junio de 2009

Recreo de niños

La mentira vive para reconciliarse con la verdad.
Si uno vive para mentir uno vive y morirá infeliz. Pero si uno vive para la verdad entonces uno está exento de mentira, y ésta es la más grande felicidad.
El Sol arrasó con su cuerpo, lo hizo sudar, y tener mucha sed; también hizo del mar un elemento salvaje y de los pájaros un vuelo alucinante, un canto incontenible que en la mano extendida del cielo derramaba oscura savia de invencible, coherente y grande inspiración .
Uno esto es. Y entonces empezó a correr y ya nada ni nadie lo detendrían. A un costado del mar él era como la gaviota perdida que nadie jamás podría encontrar.
Nadie, con excepción de esos niños y esas niñas que eran toda la felicidad, toda la inocencia, toda la humildad y toda la belleza de este mundo.
En ellos irradabia la verdad, en ellos vivía, moría y nacía la verdad continuamente.
Jugaban, reían, hablaban de esto y de lo otro, se movían muy libres, muy inquietos. Uno apenas habló, lo hizo con respeto, seguridad y dulzura, y siguió su camino.

miercoles 24 de junio, 2009. La Habana.

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