No es menos una mariposa roja que una negra,
pero el color la haría ser más que una mariposa amarilla.
Ahí, en el error, ella ve lo que sucede
en nuestra vida. Y entonces todo sucede
para ella como si fuera una linda verdad breve.
Un extraño acontecer del día de hoy,
y que espere pasado-mañana de líquida estrella,
que espere la bolsa de azúcar
y espere también Quien habló por teléfono
diciendo Soy Aquel Que Pinta Las Alas de Los Ángeles.
Nadie moleste a la mariposa roja porque si la molestan
puede volverse una mariposa roja para siempre.
En todo caso serían mis manos quienes
abogen por un paraíso sin cielo y sin tierra,
sin Adán y sin Eva, sin mariposa roja,
sin este poema.
Porque nada faltaría sino la ausencia.
En todo caso sería una sombra con el contorno
azul quien fuera aquella.
Y así iría por tu país
esa sombra, flor de viento,
comiendo las entrañas del alma
supuestamente enamorada.
Y no te desmiento,
jamás lo haría,
pero es que si seguimos mintiéndonos
jamás llegaremos.
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