Aquí en mi cuarto, en la cama pequeña, apunto de dormir,
cierro los ojos para meditar un poco, y de pronto, me llega,
como de la nada, tu imagen, tus ojos, tu pelo, tu cuerpo desnudo,
tus pies, y me hago consciente de que estoy solo, en esta cama
que no he conocido solo, en esta casa que no he conocido aún.
Después me vienen otros recuerdos como de tú y yo caminando
en una calle, o simplemente de tú y yo y hubo un momento en que
me sentí tan solo, y me dio miedo, miedo de que tú ya no estarás
más en mi vida y todo lo que vivimos se acabó de repente, y me da
rabia y me dan ganas de escribirte y decirte cuánta rabia siento
de las cosas que nos separaron, de que no pudimos simplemente
amarnos y ya. Sentí después mucha pena contigo por haberte
tirado tus cosas a la calle, sentí mucha pena. Me aterra estar
en este departamento que tú habitabas conmigo, que con nuestro
calor lo hacíamos sentir acogedor. Ahora solamente está el silencio
y yo, aquí, sin entender muchas cosas de ti y de mi y de la vida.
Esta noche me dieron ganas de escribirte y decirte cuánto te quiero
y cuánto significó para mi lo nuestro. Has sido la persona más importante
hasta el momento en mi vida y quiero que te vaya muy bien en tu viaje.
Te miro y veo en ese rostro a una mujer
hermosa, de una belleza sublime, y ya no te puedo poseer, solamente oler
el aroma de ese recuerdo que se desvanece y duele y sabe a muerte
y a miedo y ya no sé a qué. Esta noche estoy mas de luto que nunca, y
tu rostro me mira y tus pies desnudos que ya no tendré me hacen entender
por qué todo este tiempo he estado tan triste; hoy por la tarde volví
a llorar, y en ese momento no supe de qué lloré...pero ahora lo veo...
esta casa que habito este lugar, tantos recuerdos tuyos, tantas cosas que se van.
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