Hago verdad la Fénix en la ardiente
llama, en que renaciendo me renuevo,
y la virilidad del fuego pruebo
y que es padre, y que tiene descendiente.
La salamandra fría, que desmiente
noticia docta, a defender me atrevo,
cuando en incendios, que sediento bebo
mi corazón habita, y no los siente.
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