...Y entonces la luz de la naturaleza es una luz encendida en el Espíritu y que no se apaga, porque está bien encendida... es una luz tal que anhela arder y cuanto más brilla, más largamente anhela brillar y cuanto más largamente brilla, más grande anhela brillar... entonces hay también en la naturaleza un ardiente anhelo de encender.
Paracelso, Fragmenta cum libro de fundamento Sapientiae
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