Sonido Fulgor

jueves, 3 de marzo de 2011

La escuela de la SOGEM, sin cabeza
2 Marzo, 2011
Alejandro Flores/El Economista

Hoy nadie sabe quién es el director oficial de la Escuela de la Sociedad General de Escritores (SOGEM). Al menos, quien fungiera como tal hasta hace unas semanas, el escritor Mario González Suárez, desconoce el status oficial que tienen ante el Consejo, y la presidenta de la SOGEM, Lorena Salazar, no se ha pronunciado públicamente al respecto.

Esta situación ha desestabilizado a la comunidad estudiantil y docente, quienes a partir del martes promueven desde la red social Facebook un grupo con el nombre “No al cierre de la Escuela de Escritores SOGEM”, en el que alumnos, ex alumnos, maestros y simpatizantes han pronunciado su descontento ante la posibilidad de que la escuela deje de funcionar. Mínimo, la alerta y la preocupación se extendieron en tan solo unas horas.

Sin embargo, el mismo martes, la presidenta de la Sociedad, aseguró que la escuela no cierra: “Para nada. ¡Cómo piensan que vamos a cerrar algo tan importante!”, aseguró por la tarde, desconociendo toda la serie de declaraciones que ya se habían vertido en la red social. “Yo ni siquiera tengo Facebook”, apeló.

Si no hay declaración formal de cierre, para los maestros es evidente que la SOGEM ha abandonado a la Escuela haciéndose de la vista gorda hasta dejar que muera sola: “Esta es una decisión (el cierre) que está tomada desde el Consejo pero que nunca se ha expresado abiertamente. Era algo evidente por la relación que tenía SOGEM con la escuela, relación que se fue deteriorando básicamente con los maestros”, comentó en entrevista González Suárez.

Las palabras del director interino (formulación utilizada por la presidenta de la SOGEM) fueron respaldadas el día martes por el también profesor de la Escuela y, además, miembro del Consejo de la Sociedad por el área de Literatura, Gerardo de la Torre:

“Para nadie es un secreto que Lorena Salazar y Jesús Calzada (presidente de Fiscalización y Vigilancia de la Sociedad) se han pronunciado por cerrar la Escuela de Escritores. No se han atrevido a hacerlo o por lo menos a proponerlo en una asamblea. Pero sin duda están buscando la oportunidad”, publicó el docente en la página de Facebook.

Ya de viva voz, Gerardo de la Torre sostuvo: “Desde hace mucho tiempo (ellos) han estado con que si la escuela no llega a ser autosuficiente eso le perjudica económicamente a la Sociedad. Y por eso se empeñan en cerrarla”, añadió.

De la Torre dijo que la SOGEM no aporta dinero porque la Escuela se debe sostener con las colegiaturas que pagan los alumnos. El problema para la Escuela se acentúa porque muchos de sus alumnos han dejado de ser constantes en sus pagos. Por otro lado, es conocido que desde el 2009 la SOGEM cuenta con un déficit de 65 millones de pesos.

Las razones de la renuncia

Mario González Suárez presentó su renuncia el pasado 9 de febrero, debido a lo que él llama: “la obstrucción sistemática de todas las propuestas que he hecho para mejorar la calidad de los servicios de la Escuela y de sus instalaciones”.

Estas consisten en la puesta en funcionamiento de la biblioteca, que cuenta con espacio y un acervo de 4,000 volúmenes que no se pueden usar porque no están clasificados; la creación de una página web interactiva; la adquisición de tecnología (cuatro computadoras) para administrar la Escuela; la contratación de personal capacitado en bibliotecología, y la “urgentísima” restauración del inmueble y renovación del mobiliario: “La Escuela literalmente se está cayendo”, dijo el maestro.

Cuando González Suárez presentó su renuncia aseguró a la maestra Lorena Salazar que seguría trabajando hasta junio pero días después fue convocado a las oficinas de la Presidencia y el 22 de febrero Salazar le comunicó que el Consejo había decidido que dejara el cargo ya y le darían una liquidación pero sin precisar fechas.

“La renuncia no fue aceptada. Ellos me corrieron. Pero como no hay nada oficial, si yo me voy sería como que abandoné el puesto”, añadió el escritor.

Esta es la versión de Salazar: “Sé que el maestro renunció pero se iría a partir del primero de julio. Yo estaba tratando de conseguir otro director, porque él siempre estuvo en calidad de interino. Sí aceptamos la renuncia pero solo fue verbal. Ya he hablado con algunas personas que los sutituyan. En el Consejo lo vamos a ver”, comentó.

Ha trascendido que en diciembre pasado, Salazar ofreció la dirección de la Escuela al escritor Eraclio Zepeda, quien no cobraría nada y no tendría que presentarse en el plantel, sólo dar su nombre.

Reacción en cadena

Según González Suárez, los argumentos de la maestra Lorena, o del “consejo”, para despedirlo se basan en que los maestros y los alumnos se reúnen a beber y él lo permite y en que no ha hecho caso al Consejo que quiere modificar el programa de estudios.

“Hace poco, en la reunión del Consejo Directivo de la SOGEM, del 15 de febrero, se virtió una declaración bastante estúpida. Se dijo que los maestros se ponían beber y a hacer orgías. Sí hay una afán muy claro de decir que la Escuela se está coviritiendo en un lugar de vicio”, dijo el escritor de 73 años Gerardo de la Torre, quien en la misma reunión contestó que eso era una calumnia y que el único maestro que se iba a beber con los alumnos era él: “les dije: sí, y celebramos orgías de Melville, Faulkner, Mann, Joyce, etc. (seguramente pensaron que eran nombres de whiskyes y vodkas). Aun así, Lorena insistió en señalar que nuestra escuela era una escuela de borrachos”, escribió en la página de Facebook.

“La gran molestia embozada que tienen tanto Lorena (Salazar) como el Consejo, es la exigencia que hemos hecho de que la escuela necesita mantenimieno, equipo y que se respete a los maestros: es un desdén por los maestros como nunca había existido”, añadió González Suárez.

“Yo, por ejemplo, no he tenido ningún tipo de comunicación con la SOGEM desde el 22 de febrero”, a pesar de la reacción en cadena que ha provocado la publicación en Facebook de varios documentos que ponen en duda el trabajo de Lorena Salazar, a quien además se le entregó personalmente una carta firmada por los alumnos, fruto de una serie de reuniones entre maestros y alumnos de la Escuela de la SOGEM realizadas el mismo martes.

En resumen, los resolutivos de los alumnos apuntan el rechazo unánime al despido de Mario González Suárez como director, exigen que se mantenga la actual plantilla de profesores y que se apoye el proyecto de renovación, solicitan abrir nuevos canales de comunicación entre el Consejo y la presidencia de la SOGEM hacia la comunidad estudiantil, y que se pronuncien al respecto.

Por su parte, los profesores resolvieron reunirse con Lorena Salazar y Jesús Calzada para que den una explicación sobre lo que quieren hacer con la Escuela, y que aclaren el status laboral del González Suárez
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Respuesta a nota de El Economista por parte de un miembro del consejo de SOGEM

Como miembro del Consejo quiero aclarar algunos puntos:
Desde el principio de su gestión como director de la escuela de escritores, Mario González Suárez ha demostrado ser una persona pendenciera y rebelde que no acata las decisiones del Consejo.
Si no nos hemos pronunciado oficialmente es porque hemos estado planeando una estrategia que permita que todas las partes involucradas queden conformes. Mario González Suárez ha aprovechado su investidura para, junto con otros profesores que le son incondicionales, azuzar la inconformidad y rebeldía del alumnado. Esto, lejos de ayudar a la escuela, ha servido solamente para crear un clima de descontento y beligerancia de la que hoy nos hacen víctimas directas tanto a la maestra Lorena Salazar como a mí. La idea de tomar las instalaciones nos parece absurda y desatinada, y es una muestra de las típicas reacciones exacerbadas de González Suárez y sus seguidores.
El Consejo acordó por mayoría de votos la salida de González Suárez como director pero eso no significa que la SOGEM se desentienda de la escuela. Las decisiones NO son tomadas sólo por dos personas (la Maestra Lorena y yo). Me resulta evidente que todo este malentendido no es sino una revancha burda de González Suárez, quien sólo intenta reunir adeptos que hagan frente común con él para acaparar los reflectores y eso no debemos permitirlo.
Finalmente aclaro: la escuela de escritores no cerrará sus puertas y eso no está a discusión, asi que dejen de tratar de atacarnos por ahi.
Jesús Calzada

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