Sonido Fulgor

jueves, 7 de enero de 2010

Animals - House of the Rising Sun


There is a house in New Orleans
They call the Rising Sun
And it's been the ruin of many a poor boy
And God I know I'm one

My mother was a tailor
She sewed my new bluejeans
My father was a gamblin' man
Down in New Orleans

Now the only thing a gambler needs
Is a suitcase and trunk
And the only time he's satisfied
Is when he's on a drunk

Oh mother tell your children
Not to do what I have done
Spend your lives in sin and misery
In the House of the Rising Sun

Well, I got one foot on the platform
The other foot on the train
I'm goin' back to New Orleans
To wear that ball and chain

Well, there is a house in New Orleans
They call the Rising Sun
And it's been the ruin of many a poor boy
And God I know I'm one

brestebredá











x

Este frío es demencial.
Zarza fuego hay un canario.


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Leo Carrington



r Siempre he tratado de ser lúcida. Nunca acepté las normas ni las leyes dadas. Me horrorizan; siento un fuerte rechazo por la autoridad, que exista el código que establece lo que es normal y no. Pero las cosas son más complicadas de lo que parecen y las creencias dependen de cada país. Hay un subterráneo infinito. Para muchas civilizaciones, ese subterráneo es parte de la cultura. Sin embargo, nuestra civilización occidental, gobernada por lo llamado ‘racional’, es más rígida. La realidad es mucho más compleja de lo que imaginamos y por ello no se puede actuar sólo en un marco racional.



r Mi idioma es el inglés, aunque ahora lo mezclo con el español. Mi madre era irlandesa y, probablemente, sea ésa la razón de mi creatividad celta y de mi atracción por Irlanda, un país de mente surrealista. Se conoce a los irlandeses y a los celtas por las hadas, los gigantes, los elfos, los gnomos... Esa mentalidad me vino de forma natural.

r He pintado de una forma nada planeada, inconsciente; quizá podría llamarlo suerte, destino, inspiración, o como decía Breton: «El azar objetivo». He cambiado porque ahora sólo estoy segura de que soy completamente ignorante, de que no sé nada. Por ejemplo, ¿qué sabemos de la muerte?
p ¿Tiene miedo a la muerte?
r Sí, mucho. Sin embargo, creo que nos la han explicado mal. La diferencia entre vida y muerte no es tan clara y, para entender la muerte, hay que entender todos los lugares en nosotros, y los sueños son lugares.
p ¿En qué cree usted?
r Más que creer, tengo opiniones muy fuertes sobre algunos temas. No hacer daño a los demás. Luchar contra la injusticia. Siempre he tenido fe en el amor. Ahora, eso se proyecta de forma intensa en mis dos hijos. Mi amor ahora es maternal.
p Dice que lo más convincente que ha encontrado es el budismo tibetano. ¿Por qué?
r Mis padres eran estrictos católicos, pero, a mí, ninguna religión me ha convencido. Sin embargo, me he sentido cerca del budismo tibetano. Sus creencias son extraordinarias y siguen prácticas que intelectuamente son muy satisfactorias. Pero el budismo no era para mí. Siempre he intentado descubrir algo que se conectara con mis experiencias. Por eso las teorías de Jung, al que conocí antes de la guerra y que estudié mucho en los 60, me interesaban.

r Estoy convencida de que la raza humana no es superior a la de otros animales. Creo que el mundo animal es universal, pero su potencial no ha sido explorado. Mis pinturas preferidas son las de las cuevas de Altamira.
p ¿Qué animal tiene ahora?
r Una gata que no se llama de ninguna manera y está tan vieja que sólo tiene un diente.

p Usted era una buena jinete…
r Hace tantos años que ni me acuerdo, pero lo cierto es que adoraba los caballos. De niña, cuando comencé a pintar, todo eran caballos.

p En cualquier caso, es un animal clave en la mitología celta.
r Así es; es como el renacer, un ser que conecta el subconsciente con el mundo real; el mundo masculino frente al femenino, pero no es la razón de que esté en mi autorretrato. Mi principio de vida, como artista, es no explicar nada. Las imágenes llegan, pero no sé de dónde vienen. Sospecho que del subconsciente universal. Aunque no puedo discernir qué es mío, ni de qué parte de mí surge lo que hago. Muchas veces, los personajes suben solos a los cuadros.
p ¿Tiene algún sueño?
r El máximo es saber qué pasará después de la muerte. Es lo que más me gustaría conocer. Los sueños son lugares y la muerte, también. Cada ser humano se convierte en una personalidad diferente al dormir, y lo mismo sucede al morir. Son lugares en los que la tercera dimensión desaparece, de la misma forma que se evapora el consciente.

p ¿Qué expectativas tenía cuando empezó a pintar?
r Nunca las tuve. Yo no decidí ser pintora. La pintura lo decidió por mí. Me escogió y me inventó y yo simplemente lo he hecho lo mejor que he podido. Estudié mucho en Londres, en París, en Italia. Necesitaba la técnica, no ideas, porque cada uno tiene las suyas. Continúo estudiando. Me considero una eterna estudiante.
p La pintura es un arte solitario. ¿Es usted de las personas que disfruta de la soledad?
r No, no me gusta. Trato de entenderla, porque uno no puede aceptar algo que no entiende. Y cuando digo entender, me refiero a con todo el ser, con los centros vitales que tenemos, las sensaciones, las emociones.
p ¿Qué concepción de la pintura tiene? ¿Qué ritmo de trabajo lleva en la actualidad?
r Este arte es como un centro donde todos los lugares invisibles de la mente se vuelven visibles. Sólo pinto cuando siento energía, pero continúo viviendo cada día por y para mi trabajo. Pintar es para mí un oficio artesanal, como el de los carpinteros que usan las manos y el cuerpo para crear una visión. Es algo artesanal y ese procedimiento está desapareciendo. Los surrealistas eran muy buenos en ese sentido. Picasso, que venía a visitarnos a Max y a mí, era ante todo un gran artesano.
p ¿Qué siente ante esa pérdida en el arte moderno?
r Una gran lástima. Perder la habilidad artesanal es perder la sabiduría, porque al final sólo un buen artesano puede producir con el alma y el corazón.

Entrevista a Leonora Carrington a sus 88 años.

miércoles, 6 de enero de 2010

Lluvia en el árbol;
también el viento roza
la montaña.

Qué putas puedo


¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y tan flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?
¿Qué puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?
¿Qué puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?
¿Qué puedo entre los poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?
¿Qué, entre vendedores o políticos
o pastores de almas?
¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte,
ni boticario,
ni rebelde?
¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?

Jaime Sabines

lunes, 4 de enero de 2010

John Cage - Complete Piano Music Vol.1 (Performed by Steffen Shleiermacher)




Disc-1
1.Bacchanale (1940)
2.Totem Ancestor (1942)
3.And The Earth Shall Bear Again (1942)
4.Primitive (1942)
5.In The Name Of The Holocaust (1942)
6.Our Spring Will Come (1943)
7.A Room (1943)
8.Tossed A It I Untroubled (1943)
9.The Perilous Night (1943/44)
10.Root Of An Unfocus (1944)

Disc-2
1.The Unavailable Memory Of (1944)
2.Spontaneous Earth (1944)
3.Triple Paced (1944)
4.A Valentine Out Of Season (1944)
5.Prelude For Meditation (1944)
6.Mysterious Adventure (1945)
7.Daughters Of The Lonesome Isle (1945)
8.Music For Marcel Duchamp (1947)
9.Two Pastorales (1952)

Disc-3
1.Sonatas And Interludes For Prepared Piano (1946-1948)
Performed by Steffen Shleiermacher





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