Sonido Fulgor

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viernes, 7 de diciembre de 2012

martes, 27 de noviembre de 2012

viernes, 10 de febrero de 2012

Uno y otros


























Novaya Zemlya, Russia. A male polar bear climbs precariously on the face of a cliff above the ocean at Ostrova Oranskie in northern Novaya Zemlya, attempting to feed on seabird eggs. This bear was marooned on land and unable to feed on seals—its normal prey—because sea ice had melted throughout the region and receded far to the north as a result of climate change.

Read more: http://lightbox.time.com/2012/02/10/the-2012-world-press-photo-of-the-year/#ixzz1m2u95rEE

domingo, 4 de diciembre de 2011

Fernando Vallejo vs. Vargas Llosa


No vamos a discutir aquí quien ha ganado más premios ni quien es el favorito de los lectores. El título de esta nota pretende simplemente hacer una distinción entre un escritor latinoamericano que decide usar el dinero de un premio para ayudar a los animales y otro que lo invierte en presenciar y alabar la tortura de un toro en la plaza.  
 Fernando Vallejo, colombiano-mexicano, recibió recientemente el Premio Fil de Literatura en Lenguas Romances y donó los 150 mil dólares a dos refugios para animales sin hogar: "Amigos de los Animales" de Xalapa y "Animales Desamparados", de la Ciudad de México. En 2003 nos sorprendió favorablemente cuando donó 100 mil dólares del Premio Rómulo Gallegos a la asociación Mil Patitas en Caracas y ahora, lo vuelve a hacer.  
El amor de Fernando Vallejo por los animales es conocido por todos y a veces raya en lo provocador. Recuerdo cuando en 2007 llegó con 20 perros sin hogar a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM para presentar su polémico libro La puta de Babilonia. Públicamente agradeció a la asociación que los rescató y abogó por la adopción como opción ética a la compra-venta de animales de compañía.
Con el donativo las organizaciones seguirán impulsando sus programas de rescate, albergue, esterilización, adopción, concientización y la rehabilitación y reconstrucción de las instalaciones.
 Vallejo, como muchos de nosotros está convencido de que los animales no humanos también sienten dolor, tristeza y alegría, y por lo tanto merecen respeto y consideración moral.
Vargas Llosa en cambio, quien correteó el Premio Nobel hasta alcanzarlo, apoya el proyecto para que la tauromaquia sea reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial, y a menudo se reúne con miembros de la Asociación de Presidentes de Plazas de Toros de España y del Observatorio de Culturas Taurinas de Francia.
El escritor peruano-español galardonado este año en Madrid con el  "Premio Paquiro de Toros 2011", en su artículo "La última corrida" recurre a argumentos baratos para defender la tauromaquia tales como: "los desvelos y cuidados de que disfruta un toro de lidia justifican los minutos de sufrimiento en la plaza". Entonces usted, señor mío, es merecedor de la peor de las muertes, digamos, para compensar su buena vida.
No estamos hablando aquí, repito, de quien es mejor escritor, sino de quien tiene una mirada más compasiva hacia seres de otras especies.
Qué hace que el uno se decante por presenciar la tortura y muerte de un rumiante y considere a eso arte e intente defenderlo más allá de la ética y la razón, y que el otro en cambio done sus premios a seres necesitados y declare: "La humanidad se niega a entender que los animales también son nuestro prójimo y sienten el dolor y tienen alma y no son cosas".
Sensibilidad más allá de la especie, en eso es infinitamente superior Fernando Vallejo.

Dra. Leonora Equivel Frías
Cofundadora de AnimaNaturalis Internacional

lunes, 30 de mayo de 2011

jueves, 7 de enero de 2010

Leo Carrington



r Siempre he tratado de ser lúcida. Nunca acepté las normas ni las leyes dadas. Me horrorizan; siento un fuerte rechazo por la autoridad, que exista el código que establece lo que es normal y no. Pero las cosas son más complicadas de lo que parecen y las creencias dependen de cada país. Hay un subterráneo infinito. Para muchas civilizaciones, ese subterráneo es parte de la cultura. Sin embargo, nuestra civilización occidental, gobernada por lo llamado ‘racional’, es más rígida. La realidad es mucho más compleja de lo que imaginamos y por ello no se puede actuar sólo en un marco racional.



r Mi idioma es el inglés, aunque ahora lo mezclo con el español. Mi madre era irlandesa y, probablemente, sea ésa la razón de mi creatividad celta y de mi atracción por Irlanda, un país de mente surrealista. Se conoce a los irlandeses y a los celtas por las hadas, los gigantes, los elfos, los gnomos... Esa mentalidad me vino de forma natural.

r He pintado de una forma nada planeada, inconsciente; quizá podría llamarlo suerte, destino, inspiración, o como decía Breton: «El azar objetivo». He cambiado porque ahora sólo estoy segura de que soy completamente ignorante, de que no sé nada. Por ejemplo, ¿qué sabemos de la muerte?
p ¿Tiene miedo a la muerte?
r Sí, mucho. Sin embargo, creo que nos la han explicado mal. La diferencia entre vida y muerte no es tan clara y, para entender la muerte, hay que entender todos los lugares en nosotros, y los sueños son lugares.
p ¿En qué cree usted?
r Más que creer, tengo opiniones muy fuertes sobre algunos temas. No hacer daño a los demás. Luchar contra la injusticia. Siempre he tenido fe en el amor. Ahora, eso se proyecta de forma intensa en mis dos hijos. Mi amor ahora es maternal.
p Dice que lo más convincente que ha encontrado es el budismo tibetano. ¿Por qué?
r Mis padres eran estrictos católicos, pero, a mí, ninguna religión me ha convencido. Sin embargo, me he sentido cerca del budismo tibetano. Sus creencias son extraordinarias y siguen prácticas que intelectuamente son muy satisfactorias. Pero el budismo no era para mí. Siempre he intentado descubrir algo que se conectara con mis experiencias. Por eso las teorías de Jung, al que conocí antes de la guerra y que estudié mucho en los 60, me interesaban.

r Estoy convencida de que la raza humana no es superior a la de otros animales. Creo que el mundo animal es universal, pero su potencial no ha sido explorado. Mis pinturas preferidas son las de las cuevas de Altamira.
p ¿Qué animal tiene ahora?
r Una gata que no se llama de ninguna manera y está tan vieja que sólo tiene un diente.

p Usted era una buena jinete…
r Hace tantos años que ni me acuerdo, pero lo cierto es que adoraba los caballos. De niña, cuando comencé a pintar, todo eran caballos.

p En cualquier caso, es un animal clave en la mitología celta.
r Así es; es como el renacer, un ser que conecta el subconsciente con el mundo real; el mundo masculino frente al femenino, pero no es la razón de que esté en mi autorretrato. Mi principio de vida, como artista, es no explicar nada. Las imágenes llegan, pero no sé de dónde vienen. Sospecho que del subconsciente universal. Aunque no puedo discernir qué es mío, ni de qué parte de mí surge lo que hago. Muchas veces, los personajes suben solos a los cuadros.
p ¿Tiene algún sueño?
r El máximo es saber qué pasará después de la muerte. Es lo que más me gustaría conocer. Los sueños son lugares y la muerte, también. Cada ser humano se convierte en una personalidad diferente al dormir, y lo mismo sucede al morir. Son lugares en los que la tercera dimensión desaparece, de la misma forma que se evapora el consciente.

p ¿Qué expectativas tenía cuando empezó a pintar?
r Nunca las tuve. Yo no decidí ser pintora. La pintura lo decidió por mí. Me escogió y me inventó y yo simplemente lo he hecho lo mejor que he podido. Estudié mucho en Londres, en París, en Italia. Necesitaba la técnica, no ideas, porque cada uno tiene las suyas. Continúo estudiando. Me considero una eterna estudiante.
p La pintura es un arte solitario. ¿Es usted de las personas que disfruta de la soledad?
r No, no me gusta. Trato de entenderla, porque uno no puede aceptar algo que no entiende. Y cuando digo entender, me refiero a con todo el ser, con los centros vitales que tenemos, las sensaciones, las emociones.
p ¿Qué concepción de la pintura tiene? ¿Qué ritmo de trabajo lleva en la actualidad?
r Este arte es como un centro donde todos los lugares invisibles de la mente se vuelven visibles. Sólo pinto cuando siento energía, pero continúo viviendo cada día por y para mi trabajo. Pintar es para mí un oficio artesanal, como el de los carpinteros que usan las manos y el cuerpo para crear una visión. Es algo artesanal y ese procedimiento está desapareciendo. Los surrealistas eran muy buenos en ese sentido. Picasso, que venía a visitarnos a Max y a mí, era ante todo un gran artesano.
p ¿Qué siente ante esa pérdida en el arte moderno?
r Una gran lástima. Perder la habilidad artesanal es perder la sabiduría, porque al final sólo un buen artesano puede producir con el alma y el corazón.

Entrevista a Leonora Carrington a sus 88 años.

jueves, 16 de abril de 2009

La Leyenda del Murciélago(Leyenda tradicional mexicana - Oaxaca)

Esta leyenda me la contaron muy de niño, siempre la tuve presente, pero nunca volví a escucharla. Hace poco divagando por la web me topé con ella.

Esa noche me soñé en el kinder: Una hoja blanca donde se dibujaba la silueta de un murciélago. De una bolsa de plástico sacaba plumas de todos colores y las pegaba en el dibujo. Tal vez intentando redimir su error o sólo ilustrando.

Antes de terminar desperté.






Aquí los dejo con esto:





Cuenta la leyenda que el murciélago una vez fue el ave más bella de la Creación.


El murciélago al principio era tal y como lo conocemos hoy y se llamaba biguidibela (biguidi = mariposa y bela = carne; el nombre venía a significar algo así como mariposa desnuda).
Un día frío subió al cielo y le pidió plumas al creador, como había visto en otros animales que volaban. Pero el creador no tenía plumas, así que le recomendó bajar de nuevo a la tierra y pedir una pluma a cada ave. Y así lo hizo el murciélago, eso sí, recurriendo solamente a las aves con plumas más vistosas y de más colores.
Cuando acabó su recorrido, el murciélago se había hecho con un gran número de plumas que envolvían su cuerpo.
Consciente de su belleza, volaba y volaba mostrándola orgulloso a todos los pájaros, que paraban su vuelo para admirarle. Agitaba sus alas ahora emplumadas, aleteando feliz y con cierto aire de prepotencia. Una vez, como un eco de su vuelo, creó el arco iris. Era todo belleza.
Pero era tanto su orgullo que la soberbia lo transformó en un ser cada vez más ofensivo para con las aves.
Con su continuo pavoneo, hacía sentirse chiquitos a cuantos estaban a su lado, sin importar las cualidades que ellos tuvieran. Hasta al colibrí le reprochaba no llegar a ser dueño de una décima parte de su belleza.
Cuando el Creador vio que el murciélago no se contentaba con disfrutar de sus nuevas plumas, sino que las usaba para humillar a los demás, le pidió que subiera al cielo, donde también se pavoneó y aleteó feliz. Aleteó y aleteó mientras sus plumas se desprendían una a una, descubriéndose de nuevo desnudo como al principio.
Durante todo el día llovieron plumas del cielo, y desde entonces nuestro murciélago ha permanecido desnudo, retirándose a vivir en cuevas y olvidando su sentido de la vista para no tener que recordar todos los colores que una vez tuvo y perdió.

viernes, 6 de marzo de 2009

El maltrato a los animales (Carlos Monsiváis)

El 24 de febrero de 2009, entre 5 y 6 de la tarde, un comando de encapuchados armados irrumpen en un departamento del fraccionamiento Alborada Jaltenco y asesinan a machetazos y con tubos a cerca de 37 perros y gatos.

La vivienda la ocupa un protector de animales, Javier Cervantes Hernández, de 30 años, que no se encontraba en el momento de la agresión. Según vecinos, los encapuchados (cuatro vestidos de negro y dos de civil) lanzaron los cadáveres de los animales a la camioneta, además de intimidar y golpear a las personas que intentaron detener la matanza. Los muros y pisos de la casa estaban llenos de sangre.

En el domicilio quedaron con vida seis animales, que fueron rescatados la tarde de hoy por integrantes de sociedades protectoras, ya que el resto de gatos y perros sobrevivientes al parecer huyeron, aunque los integrantes de sociedades protectoras afirman que en total fueron asesinados 37 animales. En el domicilio se encontraron en el refrigerador los cuerpos de al menos seis perros y cuatro gatos, algunos de ellos destazados; los animales todavía tenían piel.

* * *

Según el alcalde de Jaltenco, Germán Romero Lugo, del PRD, desde hace tres años vecinos de Alborada Jaltenco se quejaban de la situación, ya que el excremento de los perros producía mal olor y moscas, por lo que el ayuntamiento inició un procedimiento contra Cervantes Hernández por presunta violación a la Ley de Condóminos local, al tener animales en su departamento. A las acusaciones, Patricia Rico Rodríguez, de Animales Desamparados, AC, dijo que Cervantes Hernández “dejaba de comer” para atender a los perros y gatos que recogía en las calles, enfermos o que habían sufrido algún tipo de maltrato.

* * *

Un amigo de Cervantes Hernández, Héctor José Urdapilleta, muy golpeado, narró su experiencia: “Me llamó Javier para decirme que un vecino le había avisado que estaban matando a sus perros. Corrí hasta el departamento y fui recibido por personas de negro, encapuchadas, con armas largas, machetes y tubos. Les pedí que dejaran de golpear y machetear a los perros. ‘¿Eres el dueño de los perros?’ ‘No, pero son de un amigo y vine a ver qué pasaba’. Me metieron al departamento y me empezaron a golpear con los tubos y a patadas. ‘Sabes que estás metido en un grave problema’, me dijeron, al mismo tiempo que me tiraron donde estaban agonizantes los perros.

“Alcance a ver a Tomás, un perro que gritaba desgarradoramente por el dolor de sus heridas. Alcancé a ver a otro perrito que, al huir, de un machetazo le cortaron una patita y a pesar de eso siguió corriendo. ‘Eso es lo que quieres, pues eso tendrás’, y me aventaron sobre los perros masacrados. Me oyeron llorar por no poder hacer nada. Les grité a los vecinos, y todos se quedaron callados. Afuera estaban policías municipales impidiendo entrar a nadie. Junto con los animales destrozados, me subieron a una camioneta y no me permitían subir la cabeza, con las botas me la bajaban, quedando empapado en sangre de los perros.

“Al ver llegar a la policía estatal, sentí un gran alivio, pensé que me rescatarían; tengo muchos amigos en la policía estatal, pero no hicieron nada. Me amarraron con cinta canela los pies y manos y me llevaron al MP, quien no encontró ninguna razón para consignarme, por lo que me volvieron a subir a la camioneta y me fueron a tirar hasta una pequeña barranca no muy lejos de aquí. Desde ahí me regresé caminando y aunque son las dos de la mañana, estoy vivo”.

* * *

Un grupo de defensores de los animales acudió en la madrugada al rescate de los sobrevivientes, varios de ellos fueron golpeados y todos maltratados verbalmente. Se salvaron 17 perros. El licenciado David García Ayala acompañó a las cuatro de la mañana a Cervantes Hernández a levantar la demanda en Tultitlán. Hasta el momento las autoridades han insistido que actuaron así por demanda de los vecinos.

* * *

Se puede insistir, de acuerdo a la normatividad, en las infracciones cometidas por Cervantes Hernández y la inconveniencia de tantos perros y gatos en un espacio reducido. Pero no se utilizó lo debido, un procedimiento administrativo, y lo que se hizo es de un salvajismo tal que nulifica las sórdidas explicaciones del edil perredista y explica perfectamente la jactancia de estas autoridades incapaces de entender los significados de la crueldad y las consecuencias de ese trato dirigido contra seres vivos. Esto aquí es lo principal. Lo que narra Urdapilleta es una escena intolerable en varios sentidos, y trasciende el “sentimentalismo” atribuido a los amantes de los perros y gatos. En efecto, y esta es mi convicción, los animales tienen derechos y negar que sufren y reírse de este sufrimiento es, como se le quiera ver, otra prueba de la deshumanización. El ser humano no puede ni debe celebrar el dolor infligido a seres vivos, ni tiene sentido negar que tal insensibilidad se traslada luego y con fuerza a la furia contra seres humanos.

En México, uno de los países en donde las corridas de toros se elevan al rango de “arte taurino”, en cabal y feliz ignorancia de lo que significan los preparativos de las corridas y la falsa “igualdad de oportunidades” para el toro y el torero, se ha visto recientemente el aplauso dedicado a un niño que a los 11 años ya incursiona en esa matanza “artística”. Se ha protestado, y con toda justicia, contra el trato de los animales en los circos, y los dueños han emitido declaraciones en las que la hipocresía anda en el trapecio. Esto para no hablar de las condiciones de los rastros ni del trato infligido por los encargados de los antirrábicos a los animales callejeros. Se alaba e incluso se califica de “conveniente” la crueldad; no importa, está bien porque se aplica a seres irracionales, y en época de crisis a quién le importa lo que le suceda a todo aquello que pertenece al rumor de lo “inhumano”.

Por eso, no obstante las movilizaciones de los defensores de los derechos de los animales, lo casi seguro es la inexistencia noticiosa de este acto aberrante en Jaltenco, con todo y el desvarío explicativo del alcalde perredista. Pero cada vez se aclara más un hecho: la crueldad contra seres vivos es parte del proceso educativo en la deshumanización.
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