viernes, 11 de julio de 2008
Lisbon Revisited (1926), por Álvaro de Campos
Nada me prende a nada.
Quero cinqüenta coisas ao mesmo tempo.
Anseio com uma angústia de fome de carne
O que não sei que seja -
Definidamente pelo indefinido...
Durmo irrequieto, e vivo num sonhar irrequieto
De quem dorme irrequieto, metade a sonhar.
Fecharam-me todas as portas abstratas e necessárias.
Correram cortinas de todas as hipóteses que eu poderia ver da rua.
Não há na travessa achada o número da porta que me deram.
Acordei para a mesma vida para que tinha adormecido.
Até os meus exércitos sonhados sofreram derrota.
Até os meus sonhos se sentiram falsos ao serem sonhados.
Até a vida só desejada me farta - até essa vida...
Compreendo a intervalos desconexos;
Escrevo por lapsos de cansaço;
E um tédio que é até do tédio arroja-me à praia.
Não sei que destino ou futuro compete à minha angústia sem leme;
Não sei que ilhas do sul impossível aguardam-me naufrago;
ou que palmares de literatura me darão ao menos um verso.
Não, não sei isto, nem outra coisa, nem coisa nenhuma...
E, no fundo do meu espírito, onde sonho o que sonhei,
Nos campos últimos da alma, onde memoro sem causa
(E o passado é uma névoa natural de lágrimas falsas),
Nas estradas e atalhos das florestas longínquas
Onde supus o meu ser,
Fogem desmantelados, últimos restos
Da ilusão final,
Os meus exércitos sonhados, derrotados sem ter sido,
As minhas cortes por existir, esfaceladas em Deus.
Outra vez te revejo,
Cidade da minha infância pavorosamente perdida...
Cidade triste e alegre, outra vez sonho aqui...
Eu? Mas sou eu o mesmo que aqui vivi, e aqui voltei,
E aqui tornei a voltar, e a voltar.
E aqui de novo tornei a voltar?
Ou somos todos os Eu que estive aqui ou estiveram,
Uma série de contas-entes ligados por um fio-memória,
Uma série de sonhos de mim de alguém de fora de mim?
Outra vez te revejo,
Com o coração mais longínquo, a alma menos minha.
Outra vez te revejo - Lisboa e Tejo e tudo -,
Transeunte inútil de ti e de mim,
Estrangeiro aqui como em toda a parte,
Casual na vida como na alma,
Fantasma a errar em salas de recordações,
Ao ruído dos ratos e das tábuas que rangem
No castelo maldito de ter que viver...
Outra vez te revejo,
Sombra que passa através das sombras, e brilha
Um momento a uma luz fúnebre desconhecida,
E entra na noite como um rastro de barco se perde
Na água que deixa de se ouvir...
Outra vez te revejo,
Mas, ai, a mim não me revejo!
Partiu-se o espelho mágico em que me revia idêntico,
E em cada fragmento fatídico vejo só um bocado de mim -
Um bocado de ti e de mim!...
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Nada me ata a nada.
Quiero cincuenta cosas al tiempo.
Con la angustia del ávido de carne anhelo
no sé bien qué:
definidamente lo indefinido...
Duermo inquieto, y vivo el soñar inquieto
del que duerme inquieto, a medias soñando.
Me cerraron todas las puertas abstractas y necesarias.
Corrieron las cortinas ante todas las hipótesis que habría podido ver en la calle.
En el callejón donde me encuentro no está el número de puerta que me dieron.
Desperté a la misma vida que me había adormecido.
Hasta mis ejércitos soñados sufrieron la derrota.
Hasta mis sueños se sintieron falsos al ser soñados.
Hasta la vida sólo deseada me harta -hasta esa vida...
Comprendo a intervalos inconexos,
escribo en los lapsos de cansancio
y es tedio hasta del tedio lo que me arroja a la playa.
No sé qué destino o futuro compete a mi angustia sin timón;
no sé qué islas del Sur imposible son las que me aguardan, náufrago,
o qué palmares de literatura me darán un verso al menos.
No, no sé esto, ni sé otra cosa, ni sé nada de nada...
Y en el fondo de mi espíritu, donde sueño lo soñado,
en los campos más remotos del alma, donde recuerdo sin causa
(y el pasado es una niebla natural de lágrimas falsas),
en los caminos y atajos de las florestas lejanas,
donde supuse mi ser,
huyen desmantelados, últimos restos
de la ilusión final,
mis ejércitos soñados, derrotados sin haberlo sido,
mis cohortes por existir, despedazadas en Dios.
Otra vez vuelvo a verte,
ciudad de mi infancia pavorosamente perdida...
Ciudad triste y alegre, otra vez sueño aquí...
¿Yo? Pero, ¿soy yo el mismo que aquí vivió y aquí volvió,
y aquí volvió a volver y a volver,
y aquí de nuevo ahora ha vuelto a volver?
¿O todos los Yo con los que aquí estuve, o que estuvieron, somos
una serie de cuentas-entes ensartadas en un hilo-memoria,
una serie de sueños de mí por alguien que hay fuera de mí?
Otra vez vuelvo a verte,
el corazón más lejano, el alma menos mía.
Otra vez vuelvo a verte -Lisboa y Tajo y todo--,
transeúnte inútil de ti y de mí,
extranjero aquí como en todas partes,
tan casual en la vida como en el alma,
fantasma errante por los salones del recuerdo
envuelto por el ruido de ratas y de maderas que crujen
en el castillo maldito de tener que vivir..
Otra vez vuelvo a verte,
sombra que pasa a través de las sombras y brilla
un instante a una fúnebre luz desconocida
y se adentra en la noche cual estela de barco al perderse
en el agua que dejamos de oír...
Otra vez vuelvo a verte,
pero, ¡ay, a mí no vuelvo a verme!
Se ha roto el espejo mágico en el que volvía a verme idéntico
y en cada fragmento fatídico sólo veo un pedazo de mí
-un pedazo de ti y de mí.
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