Desciendo
mi cuerpo es una cañada grande y sola
Voy aprendiendo la gracia
de renunciar a las palabras
e invento entre la luz
que las gotas son caballos
con terribles mordeduras en la sombra
Ando gritando
lo que creía mi nombre
y de pronto
me sabe a espuma amarga
Desciendo
mi nombre es una gruta silenciosa
mi nombre es canto de insectos torpes
Limpio
lavo
soplo sombras de silencio
trato de aprender a llenarme la boca
con el jugo de frambuesa de la risa reventándome en la lengua
Desciendo
tengo entre los dedos
las llaves del sol
pero no quiero abrir la noche
no quiero dejar de ver
las antorchas de la sombra
hasta que me escupa
la ballena de mis miedos
y además
la noche no me juzga
y la noche es buena para verte con las manos
Desciendo hasta mis manos
olvidaste
un poco de tu aroma
en sus bolsillos
del pedazo de ti que hay en mi cuerpo
va surgiendo el día aunque no quiera
pero trae un destello diferente
los caballos heridos
que salen de mis ojos
huelen menos a miedo
y más a vino dulce
Pronuncio mi nombre
y se ha vuelto jugo fresco de frambuesa.
Desciendo
Encuentro
Afirmo que mis pies
son menos plumas
y más musgo
Trago de un bocado
los mostos sedientos de la lluvia
Mi cuerpo es un arroyo de cabellos fugitivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario