ROMANCE DEL MUERTO VIVO
de Enrique González Martínez
Hay horas en que imagino
que estoy muerto;
que sólo percibo formas
amortajadas del tiempo;
que soy apenas fantasma
que algunos miran en sueños;
que soy un pájaro insomne
que más canta por más ciego;
que me fugué -no sé cuándo-
a donde ella y él se fueron;
que los busco,
que los busco y no los veo,
y que soy sombra entre sombras
en una noche sin término.
Pero de pronto la vida
prende su aurora de incendio
y oigo una voz que me llama
como ayer, a grito abierto;
y en la visión se amotina
la turba de los deseos,
y se encrespan los sentidos
como leones hambrientos...
Y hay un alma que está aquí,
tan cercana, tan adentro,
que fuera arrancar la mía,
arrancármela del pecho...
Y soy el mismo de enantes,
y sueño que estoy despierto
y cabalgando en la vida
como en un potro sin freno...
Sólo tú, la que viniste
a mí como don secreto,
tú por quien la noche canta
y se ilumina el silencio;
sólo tú, la que dejaste
con vuelo de amor el centro
de tu círculo glorioso
para bajar a mi infierno;
sólo tú, mientras tus manos
alborotan mis cabellos
y me miras a los ojos
en el preludio del beso,
sólo tú podrás decirme
si estoy vivo o estoy muerto.
Tres rosas en el ánfora, 1939
HORMIGAS
de Ramón López Velarde
A la cálida vida que transcurre canora
con garbo de mujer sin letras ni antifaces,
a la invicta belleza que salva y que enamora,
responde, en la embriaguez de la encantada hora,
un encono de hormigas en mis venas voraces.
Fustigan el desmán del perenne hormigueo
el pozo del silencio y el enjambre del ruido,
la harina rebanada como doble trofeo
en los fértiles bustos, el Infierno en que creo,
el estertor final y el preludio del nido.
Mas luego mis hormigas me negarán su abrazo
y han de huir de mis pobres y trabajados dedos
cual se olvida en la arena un gélido bagazo;
y tu boca, que es cifra de eróticos denuedos,
tu boca, que es mi rúbrica, mi manjar y mi adorno,
tu boca, en que la lengua vibra asomada al mundo
como réproba llama saliéndose de un horno,
en una turbia fecha de cierzo gemebundo,
en que ronde la luna porque robarte quiera,
ha de oler a sudario y a hierba machacada,
a droga y a responso, a pabilo y a cera.
Antes de que deserten mis hormigas, Amada,
déjalas caminar camino de tu boca
a que apuren los viáticos del sanguinario fruto
que desde sarracenos oasis me provoca.
Antes de que tus labios mueran, para mi luto,
dámelos en el crítico umbral del cementerio
como perfume y pan y tósigo y cauterio.
El Universal Ilustrado, diciembre 14, 1917 - Zozobra, 1919
HAIKUS DE UN DÍA...
de José Juan Tablada
EL SAÚZ
Tierno saúz
casi oro, casi ámbar,
casi luz...
El PAVO REAL
Pavo real, largo fulgor,
por el gallinero demócrata
pasas como una procesión...
HOJAS SECAS
El jardín está lleno de hojas secas;
nunca vi tantas hojas en sus árboles,
verdes, en primaveras.
LOS SAPOS
Trozos de barro,
por la senda en penumbra
saltan los sapos.
MARIPOSA NOCTURNA
-Devuelve a la desnuda rama,
nocturna mariposa,
las hojas secas de tus alas.
EL RUISEÑOR
Bajo el celeste pavor
delira por la única estrella
el cántico del ruiseñor.
LA ARAÑA
Recorriendo su tela
esta luna clarísima
tiene a la araña en vela.
EL BAMBÚ
Cohete de larga vara,
el bambú apenas sube se doblega
en lluvia de menudas esmeraldas.
LA LUNA
Es mar la noche negra,
la nube es una concha,
la luna es una perla.
La esperanza, Colombia, febrero-mayo, 1919, Un día, 1919
wiii si me sirvieron:)
ResponderEliminarhaich como que esta muy largo y el otro mongolo wiii si me sirvieron
ResponderEliminarhola tengo años soy de rio bravo estoy en la escuela club 20 30 soy aliza me gusto mucho el poeta
ResponderEliminarque onda
ResponderEliminarhola buenas tardes como estan soy aliza y giovanna
ResponderEliminarjhfugkjsfgjhr
ResponderEliminarEstan muy bonitos aunque un poco largos pero me sirvieron de algo
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