Las manos mexicanas han tenido por historia gran magia para crear cosas, ello se asiente cuando miramos las hermosas artesanías que van desde lo mas simple y variado, hasta complejas creaciones ya sean de barro, madera, cerámica, alambre, migajón, cobre, textiles, cantera, vidrio, talavera. Dentro de los distintos estratos de una sociedad jerarquizada, los antiguos mexicanos consideraban a los artesanos como un sector privilegiado y estimados altamente por sus dignatarios quienes recurrían a ellos para elaborar los atuendos y objetos necesarios para su vida cotidiana y ceremonial, basta ver las esculturas que realizaron para darnos cuenta del cuidado y habilidad que le prestaban a cada uno de sus trabajos. Torquemada al referirse a ellos dijo: “[...]y cada oficio se usase en Barrios de por sí; de suerte que los que eran Plateros de oro, avían de ser, y no se avían de mezclar otros con ellos; [...] y de ésta manera iban distribuidos los demás Oficios y Oficiales en la Ciudad, no entreverándose, ni juntándose los unos con los otros[...]” Por su parte Fray Bernardino de Sahagún recurrió a ellos para poder dilucidar la vida que llevaban los mexicanos y plasmarlo en su obra "Historia General de las cosas de la Nueva España": decenas de dibujantes (tlacuilos) moldearon sus trabajos en este texto para representar la vida cotidiana que tenían ellos. Los artesanos cubrían la demanda de los diversos estratos de la sociedad mexicana, tanto en las obras de la sierra en las regiones interétnicas como en las zonas urbanas de la provincia y de la metrópoli; lo sabemos por las obras artesanales de marquetería, laca, muebles, arcones, imaginería, miniaturas o de humilde barro que han llegado hasta nosotros.
Para la época colonial y el virreinato es indudable que los españoles se abastecían de obras realizadas por los artesanos mexicanos, dando como resultado un sincretismo artesanal de armoniosas figuras y estilos aplicados a su trabajo (como la talavera). La producción artesanal se acrecentó con materias primas, diseños, colores, y formas, gracias en buena medida, a las influencias europeas, africanas y asiáticas que por diversas razones dejaban su huella; el vidrio, el hierro forjado, la talavera y también la laudería entre otras actividades manuales se fueron incorporando poco a poco, de manera que incrementaron la ya cuantiosa diversificación antes existente.
LOS ARTESANOS DE HOY
Actualmente la artesanía la encontramos funcionando sobre todo en las áreas rurales y muchas veces en forma paralela a la producción agrícola, el pastoreo o la pesca; los trabajos artesanales son vendidos en la cabecera municipal, en los mercados, fiestas, o hechas por pedido de distribuidores.
Las artesanías en general se producen en los talleres familiares o en los talleres del maestro artesano en áreas rurales e incluso urbanas, se dirigen a un consumo para cubrir necesidades elementales con productos como la loza de barro, sombreros, petates, huaraches, muebles, bordados, etcétera. Incluso, aún se producen objetos ligados a la vida ceremonial de las clases campesinas y populares urbanas. La serie de danzas, fiestas y otro tipo de celebraciones es verdaderamente un espacio para demostrar la artesanía compleja que aun realizan los maestros artesanos. Por ejemplo, en ciertos momentos del calendario agrícola, algunos pueblos requieren de muñecos de barro para alejar los malos aires de la milpa; para algunas ceremonias, se necesita el huipil bordado para vestir a la virgen y la portada de flores frente a la iglesia el día del santo patrón.
También, siguen siendo necesarios los sahumerios para las limpias y las ofrendas, la ropa ceremonial que visten las autoridades indias; las velas que se llevan en las procesiones; las máscaras para el baile de carnaval; las jarras pulqueras, la cazuela para el mole, la olla para los frijoles; el retablo que da gracias por el favor recibido.
Cada región mantiene su propio estilo que lo diferencia de las demás, lo que le brinda a cada artesano su “sello distintivo”; por ejemplo, el arte y la artesanía de los huicholes son mundialmente famosos. Los objetos más exitosos han sido las tablas de estambre o nierikas; tanto por sus diseños "psicodélicos", inspirados en visiones producidas bajo los efectos del peyote, como por las complejas y esotéricas representaciones simbólicas y mitológicas. El artista firma en el reverso de la tabla, donde, además, suele anotar una breve explicación de los simbolismos que ha utilizado.
Los huipiles de las mujeres poseen figuras que las identifica de acuerdo al grupo al que pertenecen. Todo este trabajo le da una importancia cultural de diversos rangos.
Quizás la mayor ventaja de las artesanías mexicanas es el hecho de que están concebidas para ocupar una función clave en la vida cotidiana: ollas de barro negro en la cocina, mesas de marquetería, marcos de pewter, macetas de barro pintado, sombreros de paja, cazuelas de cobre. Así la artesanía mexicana se convierte en uno de los elementos decorativos más utilizados en las casas, no solo por razones de estética, sino también por su utilidad.
El hierro forjado se trabaja en muchas poblaciones, pero es Valle de Bravo donde ha tenido su mejor desarrollo.
¿Quién no ha oído hablar del barro negro cuyo bruñido lo hace parecer de metal? Vale la pena llegar a la ciudad de Oaxaca y apreciar los hermosos diseños de la alfareria en barro negro. Auténticas esculturas en azúcar son los dulces que con antiguas recetas se trabajan con gran refinamiento. Madera tallada, cuero bordado, pirotecnia, bordados muy finos de lana y algodón y diversos trabajos de talla de cantera son otras tantas actividades artesanales que se alzan por toda la Republica Mexicana. A pesar de su importancia cultural está seriamente amenazado con desaparecer por el cada vez más vertiginoso crecimiento industrial; pero en cada rincón al que vallamos podremos encontrar con facilidad la calidad de los artesanos ofreciéndonos un pequeño recuerdo de su trabajo e historia en un objeto artesanal.
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