Sonido Fulgor

viernes, 6 de enero de 2012

Máxima indignación en Harvard: Los alumnos de la cátedra de Introducción a la Economía de la Universidad Harvard exigen nuevas perspectivas académicas. Julia Evelyn Martínez

En un hecho insólito, digno de ser incluido en la saga de “Aunque usted no lo crea”de Ripley, el pasado 02.11.2011, un grupo de estudiantes de economía tomó la decisión de retirarse en bloque de la cátedra de Introducción a la Economía de la Universidad Harvard, en protesta por el contenido y el enfoque desde el cual se imparte esta materia.
¿Qué hay de asombroso en este hecho?. En primera lugar, la protesta tuvo como destinatario directo al conocido economista Gregory Mankiw, ex asesor del Presidente George W. Bush y autor de uno de los manuales de macroeconomía más utilizado en las escuelas de economía dentro y fuera de Estados unidos. En segundo lugar, porque de acuerdo a la carta entregada por los/as estudiantes antes de retirarse de la cátedra, el motivo de la protesta fue su indignación por lo que consideran el vacío intelectual y la corrupción moral y económica de gran parte del mundo académico, cómplices por acción u omisión en la actual crisis económica. Y en tercer lugar, se trata de un hecho insólito, porque los integrantes del movimiento estudiantil detrás de este hecho de indignación académica en contra del pensamiento único neoclásico, pertenecen a la élite económica, social y política de los Estados Unidos, que se forma en la Universidad de Harvard para dirigir las corporaciones empresariales globales y/o para asesorar a los gobiernos en materia de políticas económicas y financieras.
En diversos párrafos de la carta al profesor Mankiw se lee: “hoy estamos abandonando su clase, con el fin de expresar nuestro descontento con el sesgo inherente a este curso. Estamos profundamente preocupados por la forma en que este sesgo afecta a los estudiantes, a la Universidad, y nuestra sociedad en general (…) Un estudio académico legítimo de la economía debe incluir una discusión crítica de las ventajas y los defectos de los diferentes modelos económicos. A medida que su clase no incluye las fuentes primarias y rara vez se cuenta con artículos de revistas académicas, tenemos muy poco acceso a aproximaciones económicas alternativas. No hay ninguna justificación para la presentación de las teorías económicas de Adam Smith como algo más fundamental o básico que, por ejemplo, la teoría keynesiana ..(…) ..Los graduados de Harvard juegan un papel importante en las instituciones financieras y en la conformación de las políticas públicas en todo el mundo. Si falla la Universidad de Harvard a la hora de equipar a sus estudiantes con una comprensión amplia y crítica de la economía, sus acciones serán susceptibles de perjudicar el sistema financiero mundial. Los últimos cinco años de crisis económica han sido prueba suficiente de ello”. La carta concluye: “No estamos retirando de su clase este día, tanto para protestar por la falta de discusión de la teoría económica básica y como para dar nuestro apoyo a un movimiento que está cambiando el discurso estadounidense sobre la injusticia económica (Occupy wall street) .Profesor Mankiw, le pedimos que se tome nuestras inquietudes y nuestro retiro de su clase en serio”.
Según reportan los escasos medios de comunicación que le dieron cobertura a esta protesta, el movimiento de los estudiantes de Harvard a favor de una economía crítica, se ha ampliado y ha incorporado otras demandas para hacer de Harvard una “universidad socialmente responsable”. Una de éstas consiste en la negociación de contratos de trabajo más dignos para el personal de servicios de la universidad que sufre las políticas de flexibilización laboral que tanto daño le han ocasionado a la clase trabajadora norteamericana. Movimientos similares han comenzado a surgir en la Universidad de Duke (Carolina del Norte) y en la Universidad de Berkeley (California)
El movimiento iniciado en Harvard por un cambio en el enfoque dominante de la enseñanza de la economía no es nuevo. Más bien es un movimiento que viene a sumarse a la iniciativa por un cambio en la enseñanza de esta disciplina que iniciaron en mayo de 2000 los y las estudiantes de las universidades francesas y que meses después recibió el apoyo de estudiantes de Cambridge, Inglaterra.
En ese entonces, también el movimiento estudiantil francés hizo pública una carta declarándose globalmente descontento por la enseñanza recibida, que les impedía lograr una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales las personas se enfrentan en el mundo real. Un pasaje de esta carta señalaba que “ la mayor parte de nosotros ha escogido la formación económica con el fin de adquirir una comprensión profunda de los fenómenos económicos a los cuales el ciudadano de hoy en día se encuentra confrontado. Ahora bien, la enseñanza tal como es expuesta –es decir en la mayor parte de los casos la teoría neoclásica o enfoques derivados –, generalmente no responde a esta expectativa”. La carta finalizaba con un exhortación al profesorado francés similar al mensaje enviado al profesor Mankiw: ¡Despiértense antes de que sea demasiado tarde!.
Hace casi 200 años, John Stuart Mill al asumir como Rector de la Universidad de Saint Andrew, recordaba al claustro de profesores de dicha universidad, que la función de las universidades no es hacer que los estudiantes aprendan a repetir lo que se les enseña como verdadero sino que su función es formar personas con capacidad de pensar por si mismas. De acuerdo a este gran economista y filosofo, las universidades deben enseñarles a las personas a “Poner en duda las cosas; no aceptar doctrinas, propias o ajenas, sin el riguroso escrutinio de la crítica negativa, sin dejar pasar inadvertidas falacias, incoherencias o confusiones; sobre todo, insistir en tener claro el significado de una palabra antes de usarla y el significado de una proposición antes de afirmarla……. El objetivo de la universidad no es enseñar el conocimiento requerido para que los estudiantes puedan ganarse el sustento de una manera particular. Su objetivo no es formar abogados ó médicos ó ingenieros (ó economistas) hábiles, sino seres humanos capaces y sensatos……. Los estudiantes son seres humanos antes de ser abogados, médicos, comerciantes o industriales; y sí se les forma como seres humanos capaces y sensatos, serán por sí mismos médicos y abogados (y economistas) capaces y sensatos”.
Es obvio que la incapacidad de las universidades actuales de formar economistas críticos y sensatos no responde únicamente a posturas personales e ideológicas de docentes y/o autoridades universitarias, sino más bien responde a factores relacionados con el rol que las universidades cumplen en la reproducción de las relaciones de poder dentro del sistema capitalista en su fase neoliberal. Probablemente uno de los principales factores explicativos de la crisis en la enseñanza de una economía crítica e integral, es la pérdida de la identidad e independencia de las universidades debido a que han sido capturadas por los intereses de las corporaciones y/o por la demanda del mercado. Se les ha presionado directa (o indirectamente) a convertirse en empresas educativas con la misión de formar a los dos tipos básicos de economistas que demanda el mercado en la fase actual del capitalismo: economistas especialistas altamente calificados/as y economistas generalistas poco calificados/as para apoyar a especialistas o para desempeñarse en funciones gerenciales. Esto a su vez ha conducido a una especie de fragmentación del conocimiento y a la ausencia de pensamiento crítico. ¿El resultado final? Economistas formados para adaptarse y/o colaborar con el status quo que mantiene a la mayor parte de la humanidad en la exclusión y la pobreza.
El mensaje que desde Harvard envían los y las estudiantes de economía, no debería pasar desapercibido por las escuelas de economía del mundo entero, en particular por las escuelas de economía de los países del sur. Es tiempo de rectificar el rumbo (si se ha perdido en algún momento). Es tiempo de separar la verdadera función universitaria de la función de formación técnica superior, y sobre todo, es tiempo de devolverle a la enseñanza de la economía el carácter crítico, riguroso e integral que tanta falta hace en los momentos actuales de crisis sistémica que ha provocado el sistema capitalista.
Si no actuamos ahora, con hechos y no con meros discursos, las escuelas de economía (y quienes trabajamos en ellas) estamos en riesgo de correr – más tarde o más temprano- con la misma suerte del desafortunado profesor Mankiw.

La Contrademocracia según Pierre Rosanvallon | La Nación (Argentina)

Titular de la cátedra de historia de política moderna y contemporánea en el Collège de France, ese hombre sereno y afable de 59 años construye desde hace más de dos décadas una obra principalmente consagrada a la profundización de la experiencia democrática. 

Rosanvallon egresó de una facultad de comercio en los años 60 y poco después se cruzó con Michel Foucault, quien despertó su interés por la historia. Mayo del 68 y su militancia universitaria lo orientaron rápidamente hacia esa nueva izquierda, moderna y liberal, que hizo su aparición en los años 70. Rosanvallon es considerado uno de los creadores de esa nueva corriente, denominada en Francia "la segunda izquierda", cuyo gran exponente político fue el ex primer ministro socialista Michel Rocard. 

Fue precisamente para promover esas ideas que en 1982 creó, con el historiador François Furet, la Fundación Saint-Simon. La institución se transformó rápidamente en un exclusivo círculo de intelectuales antitotalitarios y empresarios sociales, en un nexo entre la nueva izquierda y la centroderecha, y en una máquina de crear consenso político. 

Quince años después, más atraído por la investigación que por las veladas mundanas, Rosanvallon cerró la fundación y creó La República de las Ideas. Los trabajos de ese "taller intelectual" -como él mismo lo define- son publicados en una colección especial que ha tenido un éxito inesperado. 

En Contrademocracia - que fue publicado en Francia este año poco antes de las elecciones presidencia y aquí se presentará a fines de octubre, con la presencia del autor a quien la UBA le dará un doctorado Honoris Causa-, Rosanvallon continúa asumiendo su papel de escrutador de la democracia moderna, desmenuzando sus cambios y sus evoluciones. "Hubo una época en que la vigilancia de los ciudadanos era constructiva, colectiva y política, es decir, preocupada por el bien común. Hoy, esa vigilancia se ha vuelto destructiva, categorial y cada vez más desconectada de lo político", explicó a LA NACION en una entrevista exclusiva en sus oficinas del Collège de France. Sin embargo, para ese entomólogo de los procesos sociales, no todo está perdido. 

-¿Cuáles son las razones de la pérdida de confianza de los ciudadanos en sus dirigentes y en los actuales sistemas democráticos? 

-Para comenzar, hay una razón que podríamos considerar estructural. Por un lado, el hombre contemporáneo parece haber perdido confianza en la idea de progreso; por el otro, la aparición de lo que podríamos llamar una "sociedad del riesgo" parece haber contribuido a fomentar la desconfianza de los ciudadanos. Pero también existe una dimensión auténticamente política que explica la pérdida de confianza. Me refiero a que, en la actualidad, es mucho más fácil para un ciudadano controlar el poder, forzarlo, hasta bloquearlo, que tratar de reformarlo para que sirva mejor al interés general. En realidad, la inversión que implica el voto ha pasado a ser percibida como "menos rentable". Pero atención, es necesario evitar todo juicio de valor sobre esta evolución. Este cambio responde, en realidad, a la aparición de nuevas formas de actividad democrática que no se pueden comprender si uno se limita a repetir los lamentos de moda sobre el tema del ciudadano pasivo y descreído. 

-¿Por qué? ¿No es terrible ese desapego? 

-En verdad, la desconfianza no quiere decir repliegue o desinterés por la política. Es una paradoja sólo aparente, que es necesario analizar para poder comprender lo que yo llamo "contrademocracia". 

-¿Y qué es esa contrademocracia? 

-Hay dos escenarios fundamentales de la actividad democrática. El primero es la vida electoral, la confrontación de programas. En otras palabras, la vida política en el sentido más tradicional del término: su objetivo es organizar la confianza entre gobernantes y gobernados. Pero también existe otro escenario, constituido por el conjunto de las intervenciones ciudadanas frente a los poderes. Esas diferentes formas de desconfianza se manifiestan fuera de los períodos electorales y representan lo que yo llamo "contrademocracia". No porque esas formas de expresión se opongan a la democracia, sino porque se trata de un ejercicio democrático no institucionalizado, reactivo, una expresión directa de las expectativas y decepciones de una sociedad. Junto al pueblo elector, también existe -y cada vez más- un pueblo que vigila, un pueblo que veta y un pueblo que controla. 

-En su libro, " Contrademocracia ", usted afirma que hay formas muy variadas de ejercicio democrático no institucionalizado. ¿Cuáles, por ejemplo? 

-El ciudadano contemporáneo se conforma cada vez menos con otorgar periódicamente su confianza en el momento de votar. Ahora pone a prueba a sus gobernantes. Esta actitud se ha transformado en una característica esencial de la vida democrática actual. Para ello, ejerce antes que nada una acción de vigilancia. El hombre moderno sabe que el espacio común se construye día a día y que debe estar atento al riesgo de corrupción del proceso democrático. La segunda función de la desconfianza es la actitud crítica: el ciudadano analiza la distancia que separa la acción de las instituciones del ideal republicano. Esa crítica impide que la sociedad se duerma sobre una idea de la democracia sólo concebida como "el menor de los males". El ideal de la ciudadanía debe ser, en efecto, organizar el bien común. Por fin, la tercera dimensión de la ciudadanía contrademocrática es la apreciación argumentada: la vida de la democracia no es la charla en el café de la esquina, es hallar una forma argumentada de discutir y de juzgar a los poderes. 

-Explicado de esa manera, es verdad que la desconfianza alimenta la vida democrática.

-Al contrario de lo que se piensa comúnmente, la desconfianza no es en sí misma un veneno mortal. El gran liberal Benjamin Constant [político franco-suizo, 1767-1830] decía que "toda buena Constitución debe ser un acto de desconfianza". La desconfianza también participa de la virtud republicana de la vigilancia. El buen ciudadano no es únicamente un elector periódico. También es aquél que vigila en forma permanente, el que interpela a los poderes públicos, los critica y los analiza. Alain [filósofo francés, 1868-1951] repetía que, para estar viva, la democracia debía asumir la forma de poderes activos de control y resistencia. 

-¿Qué formas específicas adquiere la práctica contrademocrática? 

-Manifestaciones, firmas de peticiones, expresiones colectivas de solidaridad, ONG, grupos de presión En Francia, una manifestación típica de contrademocracia fue el movimiento popular de protesta contra el Contrato de Primer Empleo (CPE), que el ex premier Dominique de Villepin tuvo que retirar. 

-Usted habla de legitimidad de esos nuevos movimientos sociales. Pero, ¿en qué reside la legitimidad de movimientos que no siempre son transparentes y, a veces, hasta son manipulados? 

-Los nuevos movimientos sociales no buscan tener adherentes (aunque tengan algunos). Son instituciones que lanzan alertas, que plantean cuestiones importantes, que construyen la atención pública como una cualidad democrática. Lo único que puede controlar a esos movimientos es el pluralismo. Es decir, si uno de ellos quisiera apropiarse de una cuestión precisa -por ejemplo de la exclusión social-, otros aparecerían para disputarle el monopolio de la representación o de su defensa. 

-Pero, según usted, la frontera es frágil entre una buena contrademocracia y el peor de los peligros, el populismo.

-Esa línea divisoria en muy frágil, en efecto. Entre la contrademocracia de la vigilancia y su caricatura, que se inclina hacia el nihilismo, no hay mucha distancia. Es fácil pasar de una a la otra. Y ése es el problema. 

-¿Cuáles son las características de ese populismo? 

-Lo propio del populismo reside en el hecho de que radicaliza la democracia de vigilancia y de obstaculización, hasta el punto de llegar a lo impolítico. En ese proceso, la preocupación activa y positiva de vigilar la acción de los poderes y de someterlos a la crítica se transforma en una estigmatización compulsiva y permanente de los gobernantes, hasta convertirlos en una suerte de potencia enemiga, radicalmente exterior a la sociedad. Esos impugnadores contemporáneos no designan ningún horizonte; su actitud no los lleva a una acción crítica creativa. Esa gente expresa simplemente, en forma desordenada y furiosa, el hecho de que han dejado de encontrarle sentido a las cosas y son incapaces de hallar su lugar en el mundo. Por otro lado, creen que sólo pueden existir condenando a las elites a los infiernos, sin siquiera intentar tomar el poder para ejercerlo. 

-¿Cuál es la función de los intelectuales en la contrademocracia? 

-Ser ciudadano no es sólo expresar sus preferencias, es saber comprender lo mejor posible el mundo, para ser capaz de actuar y de pesar sobre el curso de los acontecimientos. El intelectual produce un suplemento de comprensión y, de este modo, ayuda a producir un suplemento de acción: mientras más inteligencia colectiva hay, mayor es la presencia ciudadana. 

-¿Qué papel pueden jugar los medios en ese esfuerzo de inteligibilidad? 

-Más que responsables, los medios de comunicación son un reflejo de esta "democracia impolítica". Pero "los medios" no quiere decir nada. La generalización impide distinguir la función de construcción y deliberación que existe en ciertos diarios y radios y las funciones de adormecimiento democrático practicadas por otros. En Francia, difícilmente se puede poner en el mismo cesto a una revista "del corazón" como Closer y a las emisiones de la radio France-Culture. En su país seguramente sucede lo mismo. 

-¿Y dónde se sitúa Internet? 

-Internet es más que un medio. Es la manifestación más adecuada de lo que verdaderamente es la opinión: una expresión caótica y diseminada que funciona por imitación y propagación, y no la expresión coordinada, unificada del sentimiento colectivo. Internet nos recuerda que la opinión es un proceso imperioso, ingobernable y hasta indefinible, cuando -quizás demasiado rápido- habíamos creído que nos hallábamos en la era de los grandes medios televisivos cuya función era transmitir una forma de expresión coherente y unificada. Esta diseminación plantea un problema fundamental, pues la democracia no es la expresión multiplicada de opiniones individuales ni la circulación de esas opiniones: es la construcción de un mundo común. Pero, para construir un foro cívico, la circulación no basta, es necesaria la cristalización. Y eso es precisamente lo que falta en la actualidad. Faltan esos sitios de síntesis y esos momentos de cristalización. 

-¿Cómo se hace entonces para provocar un debate creativo, para "cristalizar", organizar la contrademocracia en torno a un bien común? 

-El ciudadano debe comprender que, más allá de las formas individuales de desconfianza que todos conocemos, es posible lograr formas de confrontación y de construcción coherentes. Los diarios tienen su papel en ese esfuerzo: el de lograr que los procesos sean inteligibles. Y, sobre todo, es urgente que los políticos respondan a esa expectativa, en vez de focalizarse en la construcción de sus imágenes o, incluso, de sus programas. 

jueves, 5 de enero de 2012

Tara Lynn




Complejo es una palabra que no está en el vocabulario de Tara Lynn. A sus 27 años, no le afecta comprar ropa talla XL en almacenes donde todas son delgadas, desde la dependienta hasta los maniquís. A diferencia de la mayoría de las modelos de su edad, tener el abdomen plano, cero celulitis y piernas tonificadas ya no es una prioridad.
Por eso para quienes la conocen no fue sorpresa verla en la portada de marzo de Elle, una de las revistas de moda más importantes en el mundo, que la escogió como imagen de su campaña a favor de las modelos de tallas grandes. Excelente elección. Tara sabe lo difìcil que es tener un cuerpo perfecto. Cuando trabajaba como niñera en la ciudad francesa de Chantilly hace cinco años, las amiguitas de la niña que cuidaba se burlaban y la llamaban gorda. Fue entonces cuando su imagen se convirtió en un problema y ser delgada a toda costa, en su único propósito.
El programa de adelgazamiento consistía en una hora y media diaria de ejercicio y apenas una comida al día. Tal era su ritual de belleza. “Perdí 30 kilos, pero siempre estaba hambrienta y me dolía algo”, afirma. Gracias a su dieta fue contratada en Nueva York por la agencia FordNY. Sin embargo, aunque los contratos eran buenos, su cuerpo le mandaba señales de auxilio, así que no tuvo más opción que retomar sus viejos hábitos alimenticios que, para su sorpresa, cambiaron su vida y su carrera de forma drástica.
Ser modelo de tallas grandes está de moda gracias a revistas como Glamour y Elle, que han empezado campañas para replantear los cánones de belleza que marcan la pauta en las pasarelas. Tanto así que es ahora, con sus 84 kilogramos, cuando el nombre de Tara está teniendo eco en el mundo del modelaje. Las veinte páginas de fotos suyas en la edición francesa de Elle, donde muestra sus irresistibles curvas en diseños atrevidos y reveladores, le abrieron las puertas de la revista V y de la agencia Heffner en Seattle.
Como era de esperarse, su talla es tema de controversia. Algunos lectores han criticado que aparezca desnuda. “No hay necesidad de mostrarla sin ropa para resaltar su tamaño”, escribió un lector en la página web de Elle. Y aunque las fotos cuentan con una producción impecable, Tara no logró ser incluida entre las elegidas del diseñador de la casa Chanel Karl Lagerfeld, quien se rehúsa a contratar mujeres de tallas grandes. El alemán, de 71 años, aseguró que “las que critican a las modelos por aparecer huesudas o anoréxicas son las típicas madres gordas que se sientan en el sofá todo el día comiendo papas fritas”.
Pero a Tara no le importa lo que diga Lagerfeld. Si hay algo que tiene claro es que prefiere ser la primera en la lista de las nuevas top model de tallas grandes al lado de Crystal Renn, que competir por un puesto entre mujeres tan delgadas y comunes que parecen repetidas. Por eso, mientras muchas se mueren de hambre para poder lucir un vestido de alta costura en las pasarelas de Milán, esta ex camarera examina ofertas de trabajo al tiempo que dirige un restaurante de comida latina del que, asegura, ha probado todo el menú.
de cromos.com.co, 28 abr 2010

miércoles, 4 de enero de 2012

"Desde que el poder está en manos de universitarios, las necesidades sociales están sujetas a las necesidades intelectuales de los expertos, funcionarios, políticos y comentaristas..."


Muros profesionales
, de Gabriel Zaid.
Estudiando las leyes de la historia, Marx y Engels, en su Manifiesto comunista (1848), anunciaron el fin del capitalismo. En esa perspectiva, la Gran Depresión de Europa y los Estados Unidos (1873-1896) y, sobre todo, el Crack de Wall Street en 1929 parecieron el principio del fin. Y no sólo para los marxistas. Hubo mucho pesimismo, y el optimismo consistía en considerar el desastre como la oportunidad de crear un mundo nuevo, ni capitalista ni comunista.
El papa León XIII, en la Rerum novarum (encíclica acerca "de las cosas nuevas", 1891), propuso una solución cristiana. El canciller Bismarck inventó el seguro social y creó en Alemania un socialismo / capitalismo que puso a los empresarios y trabajadores bajo la tutela del Estado benefactor (1879-1890). Algo parecido instituyó el New Deal (1933-1936) del presidente Roosevelt en los Estados Unidos. John Maynard Keynes, en su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero (1936), explicó las fallas coyunturales del mercado y justificó la intervención del Estado para superarlas. Se ha dicho que salvó el capitalismo con remedios socialistas.
Sin embargo, la verdadera solución para muchos era el Estado totalitario (comunista, nazi, fascista, falangista, maoísta) que se presentaba como creador de una nueva era. Afortunadamente, el Eje totalitario formado por Alemania, Italia y Japón fue derrotado por las armas con apoyo soviético. Desgraciadamente, los vencedores se repartieron el planeta y lo polarizaron en dos mundos militantes que "militarizaron" la verdad, la cultura, los viajes, las migraciones y los mercados, para seguir combatiendo en la llamada Guerra Fría. Esa militancia fue un mal menor frente a la posible Tercera Guerra Mundial, que se evitó. La prolongada paz en Europa, la no reincidencia en la bomba atómica y la intervención militar de las Naciones Unidas para desactivar guerras civiles han sido un logro histórico.
Nadie suponía que el socialismo soviético se hundiría por dentro. Nikita Jruschov supuso lo contrario cuando celebró el inminente triunfo socialista: "La historia está de nuestro lado. Los enterraremos" (1956). El lanzamiento del Sputnik (1957) parecía confirmar la victoria anunciada. La Unión Soviética dejaba atrás a los Estados Unidos.
Este triunfalismo se sumó a la rebelión juvenil que rechazaba la Guerra Fría con lemas masoquistas ("Better red than dead") y reprobaba en bloque toda autoridad. La fuerza contagiosa del espíritu libertario hizo pensar que el capitalismo se hundiría por dentro. Nadie se imaginaba en 1968 que ese mismo espíritu se lanzaría contra el Muro de Berlín (1989), cuya caída inició el derrumbe de la Unión Soviética.
Es muy difícil predecir, sobre todo el futuro. No hay leyes de la historia. Ahora, cuando se suponía que el capitalismo había ganado, los movimientos de "indignados" se lanzan contra el muro de la Calle del Muro (Wall Street), y hay quienes vuelven a soñar con el fin. Si el feudalismo desapareció y el comunismo va de salida, no cabe suponer que el capitalismo vaya a ser eterno. Seguramente, tiene los siglos contados...
Pero no hay que esperar siglos para acabar con la miseria y todo lo que indigna con justa razón. Desde hace muchos años, es perfectamente posible que a nadie le falten las calorías, proteínas y vitaminas necesarias para una buena alimentación. Las hambrunas transitorias y la desnutrición permanente son injustificables, aunque persisten bajo regímenes de todo tipo. Para que no haya hambre en el planeta, basta una parte pequeña del PIB. Pero los universitarios en el poder de los países capitalistas, comunistas y del Tercer Mundo siempre han tenido cosas más importantes que hacer.
Los muros que impiden acabar con el hambre no son físicos, ni están sostenidos por intereses económicos ni políticos. Por el contrario, facilitar que los pobres salgan de pobres sería un gran negocio económico y político. Los muros invisibles son las convicciones profesionales impermeables a la realidad.
Desde que el poder está en manos de universitarios, las necesidades sociales están sujetas a las necesidades intelectuales de los expertos, funcionarios, políticos y comentaristas. Si hay ideas que no les entran en la cabeza, que no encajan en sus marcos teóricos y consensos profesionales, no pasan a la práctica.
Por ejemplo: en 1961, los expertos chinos se oponían a las soluciones de mercado porque no encajaban en sus teorías. Fue entonces cuando Deng Xiaoping dijo famosamente: no importa si el gato es blanco o negro con tal de que cace ratones.
Por ejemplo: hace algunas décadas, el modelo mental de los expertos incluía el vaso de leche como un gran progreso; los incentivos fiscales en los Estados Unidos favorecían la producción excesiva de leche; los fabricantes de leche en polvo subrayaban las ventajas higiénicas de su producto (ignorando la contaminación del agua local y los trastes necesarios para reconstituirlo); los políticos y diplomáticos veían la oportunidad de adornarse regalando leche en polvo a los países pobres. Los indígenas que no tomaban leche ni podían digerirla (porque sus genes no producen lactasa más allá de la infancia) se enfermaban tomando leche; pero las pequeñas realidades incómodas son impotentes frente a las grandes teorías correctas.
Toda forma de ayuda o falta de ayuda puede verse como interesada y hasta mal intencionada. Pero eso distrae de ver lo decisivo: el modelo mental del progreso (capitalista o socialista) es el muro que impide las soluciones prácticas y sólo deja pasar las "soluciones" bonitas en el pizarrón: bonitas para las necesidades teóricas de los que están en el poder.
Las soluciones para acabar con la miseria, no sólo deben ser efectivas en la práctica; deben ser teóricamente bonitas, superar el muro del desprecio universitario que impide realizarlas.
Hay excepciones. Fritz Schumacher (autor de Small is beautiful) y Muhammad Yunus (autor de Banker to the poor) fueron economistas cuadrados hasta que tuvieron el realismo de aceptar que su ciencia era una maravilla en el pizarrón, pero no daba soluciones a la pobreza.
Yunus ha contado su experiencia del muro profesional, empezando por su propia resistencia a comprender que un crédito insignificante (27 dólares que dio impulsivamente de su propio bolsillo) pudiera ser una gran solución en manos de mujeres pobres. "En las teorías económicas que yo enseñaba no había lugar para esas realidades".
Significativamente, no creó nuevas teorías económicas que permitieran entender esa productividad desaprovechada. No se lanzó a desconstruir el muro teórico. Se lanzó a la práctica, y fundó el Grameen Bank que ha tenido resonancia mundial y le ganó el Nobel de la Paz. Significativamente, no le dieron el Nobel de economía. El Crack del 29 en Wall Street y el del 89 en Berlín se produjeron en la práctica, pero los fanatismos del mercado o el Estado siguen en pie.
en Letras Libres, enero 2 de 2012.

lunes, 2 de enero de 2012


"El ser humano verdaderamente religioso no es aquel que practica la así llamada religión, que se apega a ciertos dogmas y creencias, que cumple con determinados rituales o va en pos del conocimiento, porque éste busca tan sólo otra forma de gratificación. El ser humano genuinamente religioso está por completo libre de la sociedad, no tiene responsabilidades de tipo social; puede establecer una relación con la sociedad, pero la sociedad no tiene relación alguna con él. La sociedad es religión organizada, es la estructura económica y social, es todo el entorno en que nos hemos educado."

Jiddu Krishnamurti

"Amo vuestros hechizos provincianos, muchachas de los pueblos..."


A MI PRIMA AGUEDA

a Jesús Villalpando


Mi madrina invitaba a mi prima Águeda
a que pasara el día con nosotros,
y mi prima llegaba
con un contradictorio
prestigio de almidón y de temible
luto ceremonioso. 
Águeda aparecía, resonante
de almidón, y sus ojos
verdes y sus mejillas rubicundas
me protegían contra el pavoroso
luto...

Yo era rapaz
y conocía la o por lo redondo,
y Águeda que tejía
mansa y perseverante en el sonoro
corredor, me causaba
calosfríos ignotos...
(Creo que hasta le debo la costumbre
heroicamente insana de hablar solo.)

A la hora de comer, en la penumbra
quieta del refectorio,
me iba embelesando un quebradizo
sonar intermitente de vajilla
y el timbre caricioso
de la voz de mi prima.
Águeda era
(luto, pupilas verdes y mejillas
rubicundas) un cesto policromo
de manzanas y uvas
en el ébano de un armario añoso.

R. L. V.

A LA GRACIA PRIMITIVA DE LAS ALDEANAS

Hambre y sed padezco: Siempre me he negado
a satisfacerlas en los turbadores
gozos de ciudades -flores de pecado.
Esta hambre de amores y esta sed de ensueño
que se satisfagan en el ignorado
grupo de muchachas de un lugar pequeño.
Vasos de devoción, arcas piadosas
en que el amor jamas se contamina;
jarras cuyas paredes olorosas
dan al agua frescura campesina...
Todo eso sois muchachas cortijeras
amigas del buen sol que os engalana,
que adivináis las cosas venideras
cual hacerlo pudiese una gitana.
Amo vuestros hechizos provincianos,
muchachas de los pueblos, y mi vida
gusta beber del agua contenida
en el hueco que forman vuestras manos.
Pláceme en los convites campesinos,
cuando la sombra juega en los manteles,
veros dar la locura de los vinos,
pan de alegría y ramos de claveles.
En el encanto de la humilde calle
sois a un tiempo, asomadas a la reja,
el son de esquilas, la alternada queja
de las palomas, y el olor del valle.
Buenas mozas: no abrigo mas empeños
que oír vuestras canciones vespertinas,
llegando a confundirme en las esquinas
entre el grupo de novios lugareños.
Mi hambre de amores y mi sed de ensueño
que se satisfagan en el ignorado
grupo de doncellas de un lugar pequeño.

R.L.V.

domingo, 1 de enero de 2012

Caso Cuevana

a. Entrevista a Tomás Escobar




b. Noticia de diciembre, 2011, en http://dattatecblog.com/
Respondiendo a una orden judicial, el lunes Iplan bloqueó el acceso al popular portal Cuevana.tv, dejando a todos sus usuarios sin poder utilizar la plataforma creada por Tomás Escobar para ver películas y series de TV desde la web.
“Acabamos de confirmar que el ISP IPlan (Argentina) bloqueó a Cuevana por completo. #censuranacuevana,” denunció el portal desde su cuenta de Twitter el 26 de diciembre a las 22:47 hs. Ayer, Iplan confirmó la medida.
No es el primer proveedor de internet en adoptar una actitud de este tipo. A principios de mes, Telecentro sorprendió a sus clientes con un bloqueo similar que, en ese caso, duró escasas horas hasta que el acceso fue restablecido.
Cuevana, que permite disfrutar de un importante catálogo de estrenos y clásicos del cine y la TV, utiliza servidores externos para alojar el contenido, del que no posee los derechos de autor. Con el crecimiento en popularidad del portal en el país y el resto del mundo, y la aparición de alternativas legales como Netflix, comenzaron a repetirse acciones judiciales contra la web de Escobar. HBO, Telefé Contenidos, Turner Argentina y la Unión Argentina de Videoeditores llevaron distintos reclamos a la justicia en contra de Cuevana, relacionados a contenidos de su propiedad que están siendo reproducidos sin su autorización.
En medio de la marea judicial, el portal está buscando opciones para reestructurarse, que incluyen la difusión de material original independiente, por lo que está en contacto con directores y productores interesados en publicar sus realizaciones en Cuevana.
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