1.
Teníamos rituales sencillos
una taza de café,
un abrazo al despedirnos;
buscábamos también prodigios
en el ligero desdoble de los días,
caminábamos a diario,
el amor a ratos,
casi siempre la esperanza.
Hicimos bien poco, la verdad,
apenas alcanzamos a soñar
el día venidero,
apenas un ladrillo acomodamos.
2.
Hubo una puerta
lo sé, como se sabe de un hueso roto
como se sabe el sabor de la saliva,
como se sabe el hervor del agua,
como sabía en la infancia cambiar de nombre,
como supe un día cómo cruzarla.
3.
Días hay
en que vago la ciudad
con temblores en la boca
y quisiera decirle,
al que espera junto a mí
el vagón próximo
decirle: no te conozco
pero te quiero vivo.
Hay días en que pienso
que se iría el temblor
de mi boca y de mis labios
si abrazara al que viene al lado
y le dijera, así como si nada
la guerra no podrá llevarnos…
Pero la mayor parte de los días
solo el temblor del alma.
Diana del Ángel