Sonido Fulgor

miércoles, 7 de abril de 2010

Alicia de Burton: la inocencia perdida




Entrevista a Tim Burton

En Londres no para de llover. En la zona de Kensington, un hotel está literalmente tomado por periodistas de todos los rincones del mundo. Han sido convocados por Disney para la promoción de la nueva película de Tim Burton: Alicia en el País de las maravillas, una visión sobre el clásico de Lewis Carroll desde el prisma de uno de losniños malos de Hollywood. Esos tres días de principio de marzo se convierten, sin embargo, en una película que podría titularse 'La pesadilla de Burton en el País de la promoción'. Un rocambolesco vodevil que superó con creces al autor de Pesadilla antes de Navidad o La novia cadáver.

No, no me acuerdo si leí el libro o cuándo". La prensa rompe a reír y los murmullos no paran. La cara de Burton es un poema y Depp entra en acción con un capote y una respuesta previsible. Algo así como que fue en el colegio cuando era un chaval y que le pareció mágico.

La siguiente pregunta para Bonham Carter tampoco defrauda. "Usted que tiene hijos, ¿no cree que podrán sentir miedo con esta película, en la que hay bastantes monstruos y resulta un poco oscura?" Respuesta: "Miz hijoz adoran a loz monstruoz". Así, con zetas. Definitivamente, Bonham Carter no está en su mejor momento de serenidad. No responde ni una pregunta más.

Al día siguiente, todas las entrevistas de largo recorrido son eliminadas. Pese a haberse pactado antes de viajar, cuando llega el momento y sin una explicación coherente, se suspenden. Sin embargo, EL PAÍS consigue meterse 15 minutos a solas en una habitación con Tim Burton, además de disfrutar de otros 25 minutos con él, estos compartidos con otros cuatro compañeros de periódicos de Europa.

Pregunta. Usted ha dicho que no suele recordar lo que sueña, pero Alicia es una historia de sueños. ¿Algún sueño extraño que le venga a la mente?

Respuesta. Ya esto es como un mal sueño. De una habitación para otra de este hotel respondiendo siempre las mismas preguntas. Una pesadilla. No suelo recordar lo que sueño, pero sí sé que tengo una serie de sueños recurrentes. Y sí, son un poco extraños. Uno de ellos tiene que ver con una niña que era mi vecina cuando era un crío y que en el sueño se convierte en mi novia. Estaba enamorado de ella perdidamente. Lo que trato es de incorporar los sueños a mi vida cotidiana. Se trata de soñar despierto. Todo lo que veo trato de mirarlo de una forma peculiar. Con la mirada interesante. Es tan simple como mirar por la ventana y ver un árbol e imaginarlo de otra manera, con otro volumen y otra personalidad.

P. ¿No debería usted estar un poco más acostumbrado a todo este 'circo' de promociones y entrevistas?

R. No, no me acostumbro. No suelo leer las críticas ni volver a ver mis películas. No me gustan nada las chifladuras que se publican sobre mí. Una vez un periodista alemán escribió que Helena y yo vivíamos en dos casas separadas unidas por un túnel. Es una locura.

P. Pero ustedes viven en casas separadas, ¿no?

R. Sí, por un túnel.

Burton viste de negro, tiene ojeras y el pelo completamente revuelto, y toda la pinta de no haber dormido muy bien la noche anterior.

P. Volvamos a la película. ¿Es más una pesadilla que un sueño?

R. No he tratado de hacer algo premeditadamente oscuro o extraño. Creo que todos los niños han podido tener en su imaginación un mundo parecido al que hemos creado. Pero lo hemos hecho fundamentalmente siguiendo el sendero que el material de Lewis Carroll nos sugería. El problema es que muchos adultos han olvidado cómo es el universo de un niño. Han olvidado cómo es la mirada de un niño, sus abstracciones, sus personajes, sus miedos, sus emociones y es de eso de lo que se nutren los cuentos.

P. ¿Cómo es el niño Tim Burton?

R. Cuando yo tenía la edad de Alicia, de la Alicia del cuento, me sentía como una persona que no encajaba en la sociedad. Tenía la sensación de no pertenecer a mi propio cuerpo. En resumen, tenía ocho años y no me sentía como un crío. Esa sensación es la que Mia transmite muy bien dentro del personaje de nuestra Alicia. La forma de ser de una joven de 19 años que se rebela, que siente que no encaja y todo lo que puede hacer es acudir a su imaginación para liberarse.

P. ¿De qué cosas quiere escaparse Tim Burton?

R. Hacer una película es maravilloso. Lo que no lo es tanto es todo lo que rodea a esta actividad. Todos los engranajes del negocio, los estudios, Hollywood. No puedo vivir en Hollywood, vivo en Londres. No puedo soportar lo que rodea el negocio. Yo escapé de Los Ángeles, como Alicia.

P. El MOMA de Nueva York organiza una enorme exposición sobre usted.

R. Es un honor y me coge en un momento muy dulce de mi carrera. No suelo volver a los trabajos que hago, así que esta exposición ha sido una forma de reencontrarme conmigo mismo. De reconectar con el pasado al que no suelo volver. Es como el matrimonio, como tener un magnífico álbum confeccionado solamente de los buenos momentos.

P. Ya que habla de matrimonio, ¿esto supone una cúspide tanto en su carrera como en su vida cotidiana?

R. Vuelvo a la comparación con el matrimonio... Me siento muy feliz, pero también hay que saber que cuanto más alto estás, más dura es la caída, en todos los aspectos y, por supuesto, incluido el emocional.

P. A esta película se la ha comparado mucho con 'Avatar'. ¿Usted qué opina?

R. En esta película hemos contado con unos efectos especiales que no se habían utilizado nunca. En principio podría parecer que el personaje que interpreta Helena Bonham Carter, la reina de corazones, ha sido interpretado únicamente con el rostro. No. Pese a verla cabezona y enana, Helena actuó con todo su cuerpo. Lo que he intentado es que todas esas distorsiones y efectos no interfiriesen en el trabajo de los actores. Vemos la expresión de sus ojos, sus gestos, la forma en la que caminan, todo eso es real al 100%.


El País

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